El Fondo Global de Pensiones del Gobierno de Noruega, el mayor fondo soberano con un capital de 7,51 billones de coronas noruegas (823.511 millones de euros), ganó 12.000 millones de coronas menos (1.316 millones de euros) durante la última década como consecuencia de sus criterios éticos, que impiden que los ingresos procedentes del gas y el petróleo se inviertan en fabricantes de armas, tabaqueras o en compañías cuya conducta viola los derechos humanos o las normas éticas fundamentales, según un informe de la entidad.

En concreto, estas directrices --promulgadas en el 2004--, han tenido un impacto negativo de 1,11 puntos porcentuales sobre la rentabilidad del 5,2% anual obtenida por el fondo noruego, que está gestionado por Norges Bank Investment Management (NBIM), en los últimos diez años.

En el 2016, la entidad logró una rentabilidad del 6,92%, equivalente a 447.000 millones de coronas (49.003 millones de euros), después de que las consideraciones éticas redujeran en 16 puntos básicos el retorno de capital durante el pasado ejercicio.

Los criterios éticos del fondo noruego impiden la inversión en fabricantes de tabaco, empresas que produjeron o vendieron material militar a ciertos países y compañías que producen armamento cuyo uso viola los principios humanitarios fundamentales, como las minas antipersona. Además, estas normas prohíben la inversión en empresas cuya conducta corporativa viola las normas éticas fundamentales, por lo que también quedan excluidas empresas que no cumplen con los derechos humanos, son corruptas y/o generan importantes daños contra el medio ambiente.

POLÍTICA DE GESTIÓN

El consejero delegado de la entidad, Yngve Slyngstad, detalló que el impacto de 1,11 puntos básicos en los últimos diez años es equivalente a 12.000 millones de coronas (1.316 millones de euros), según las declaraciones recogidas por Reuters tras el acto de presentación del informe, aunque subrayó que no quiere que el fondo pueda invertir en este tipo de compañías. "Existe un amplio consenso entre los noruegos en que el fondo no debe ganar dinero de empresas que se cobran la vida de personas", apostilló Slyngstad

El fondo noruego estima que al no invertir en productores de tabaco su retorno de capital ha disminuido en 1,16 puntos porcentuales en los últimos diez años, mientras que el impacto negativo de excluir de su cartera a determinados fabricantes de armas fue de 0,75 puntos. No obstante, las desinversiones en compañías que dañan gravemente el medio ambiente, como las mineras, permitieron que el fondo incrementara su rentabilidad en 0,78 puntos porcentuales durante la última década, según los cálculos de la propia entidad.