La inversión productiva extranjera en España alcanzó 23.476 millones de euros brutos en el 2016, un 1,2% menos que el año anterior, lo que se produce en un contexto de caídas generalizadas de los flujos de inversión internacionales y después de un 2015 «excepcionalmente bueno». No obstante, para la secretaria de Estado de Comercio, María Luisa Poncela, este dato supone la consolidación de la tendencia a la recuperación iniciada en el 2013, ya que en el resto del mundo la inversión extranjera ha caído entre un 10 y un 15%, y, a su vez, un reflejo de que España «sigue siendo un país de interés para los inversores extranjeros».

Por comunidades, Madrid, con 10.970 millones (46,7% del total y un aumento del 6,3%) y Cataluña, con 4.857 millones (20,7% del total y un descenso del 1,3%) concentraron la mayoría de la inversión productiva total, al igual que en años anteriores. Por detrás se situaron Canarias, Castilla y León, Aragón, Cantabria y La Rioja.

La inversión extranjera siempre es un asunto polémico y plagado de imprecisiones producto de una metodología discutida. El hecho de que en algunas de las inversiones no territorializadas (que no se especifica dónde se hacen) se atribuyan directamente a la sede central de la compañías distorsiona la interpretación.

Por otro lado, dada la volatilidad que algunas operaciones pueden introducir en la estadística, el ministerio considera que hay que comparar los datos con las medias de los últimos años, de forma que la inversión productiva extranjera del 2016 supone en total un aumento del 32% en términos brutos respecto a la media de los últimos cinco años.

En términos netos, España cerró el 2016 con un saldo de 17.535 millones netos de inversión productiva, un 2,1% menos respecto a los 17.904 millones del 2015. La inversión directa extranjera total, que incluye las entidades de tenencia de valores extranjeros (ETVE) que son financieras y no generan efectos económicos reales significativos, alcanzó 33.096 millones de euros brutos, un 30,8% más que en 2015, y 25.739 millones netos, el 33,5% más. Las inversiones para constitución o ampliación del capital de empresas existentes representaron el 48,8% de la inversión bruta, mientras que el 51,2% restante corresponde a adquisición de participaciones ya existentes.

Del total de la inversión bruta, la mayor parte (21,2%) provino de EEUU, que la aumentó un 126%, hasta 4.968 millones, mientras Luxemburgo y Holanda -segundo y tercer país en volumen inversor- redujeron la suya a 2.474 millones (33,1% menos) y 2.231 millones (23,6% menos), respectivamente. En cuarto lugar se situó Alemania, el país que más aumentó la inversión bruta, casi la triplicó, hasta 2.211 millones.

Por sectores, la mayor inversión fue hacia el suministro de energía eléctrica y gas, las actividades inmobiliarias, los servicios financieros, las actividades auxiliares a los servicios financieros y la ingeniería civil y construcción de edificios.