China ha lanzado el esperado contrato de futuros de petróleo en yuanes en la bolsa internacional de energía de Shanghái, un primer paso con el que el gigante asiático busca que el yuan se convierta en moneda de referencia para fijar los precios sobre las materias primas. Las compras de futuros son compromisos de adquirir determinadas cuantías de barriles de petróleo que se producirán en los próximos meses.

Tras décadas retrasándolo, la Comisión Reguladora de Valores de China lo había anunciado hace unas semanas y ayer se materializó ayer en una operación con la que China desafía a las referencias petroleras del mundo, hasta ahora únicamente denominadas en dólares: el Brent y el West Texas Intermediate (WTI).

Este es el primer futuro cotizado en la parte continental de China abierto a los inversores extranjeros, lo que revela un fuerte interés de China de atraer inversiones foráneas. En dicha línea, hace unos días el Ministerio de Finanzas anunciaba la suspensión de los impuestos sobre los ingresos de los inversores extranjeros que negocien contratos de futuros de crudo en yuanes. Una suspensión fiscal que se extenderá durante tres años para los inversores individuales en el extranjero y también estará vigente para los inversores institucionales, aunque para ellos no se ha especificado la duración del plazo.