Alibaba no entiende de recesiones ni de revueltas sociales. La salida del gigante del comercio electrónico chino al parquet de Hong Kong ha supuesto alcanzar una capitalización de 11.740 millones de euros, la mayor en casi una década. Sus 575 millones de acciones treparon durante la jornada desde los 176 hasta los 187,6 dólares, lo que supone una revalorización del 6,6% que la coloca entre las cinco mayores de la historia del índice de Han Seng. Y con esta operación ha empujado a Hong Kong por encima de Wall Street en el acumulado anual de salidas a bolsa.

Alibaba está asociada a los récords. Su debut en Nueva York en el 2014 ya los destrozó y, un lustro después, la compañía con sede en la ciudad oriental de Hangzhou ha llegado a la que considera su casa. «Nos hemos dado cuenta de lo que nos perdimos entonces. Hoy hemos cumplido aquella promesa de que, cuando las condiciones lo permitieran, regresaríamos a Hong Kong», dijo su consejero delegado, Daniel Zhang, antes del gong que marcó el inicio de la sesión a las 09.30 AM (hora local). Jack Ma, su carismático y mediático fundador, intervino desde su reciente retiro a través de un vídeo.

Alibaba busca recursos para ahondar en su expansión internacional, ya consolidado su liderazgo en el mercado local y refrendado por última vez con los casi 35.000 millones de euros en ventas durante el reciente Día de los Solteros. La multinacional, que durante este 2019 cumple los 20 años, es la única buena noticia para la economía hongkonesa en los casi seis meses que duran las protestas violentas.

Su índice bursátil ha perdido 36.700 millones de euros de capitalización desde que volaron los primeros cócteles molotov y varias firmas han buscado destinos más acogedores. La excolonia británica ha entrado en recesión económica debido al derrumbe del sector turístico y minorista mientras el clima de inseguridad han empujado a multinacionales y firmas financieras a plantearse el adelgazamiento.