La lucha contra la crisis climática brinda una oportunidad de negocio que las compañías energéticas están intentando aprovechar. Endesa tiene previsto invertir 6.300 millones de euros entre el 2020 y el 2022, un 14,5% más que los 5.500 millones estimados para el periodo 2019-2021, que ya suponían un aumento del 10%. El principal destino serán las renovables (3.000 millones), por delante de las infraestructuras y redes de distribución (2.000 millones) y la generación tradicional (900 millones).

El grupo semipúblico italiano Enel, que controla el 70% de Endesa, apuntó ayer que su potencia instalada renovable en España y Portugal aumentará de los 7.400 megavatios (MW) a los 10.200 MW, principalmente por la energía solar (de 400 a 2.200 MW) pero también por la eólica (de 2.300 a 3.200 MW). Por contra, la capacidad en plantas térmicas tradicionales bajará de los 16.200 a los 11.100 MW, sobre todo por el cierre del carbón.

Su consejero delegado, Francesco Starace, confirmó que Endesa podría comprar renovables en España, incluidas las que exploró vender ACS. También aseguró que no le preocupa la posible entrada de Unidas Podemos en el Gobierno, ya que España cuenta con una política energética adecuada definida por el actual Ejecutivo socialista, y se mostró confiado en que no se repitan las elecciones.

Endesa espera incrementar su resultados bruto de explotación (ebitda) desde los 3.700 millones de euros con que prevé cerrar este año hasta los 4.200 millones en el 2022, un 13,5% más.

Además, la multinacional espera aumentar su número de clientes desde los actuales 12,2 millones hasta los 12,4 millones. Enel, por su parte, prevé invertir 28.700 millones entre el 2020 y el 2022, un 11% más, y ganar 6.100 millones al final del periodo, un 27% más.