Renfe ha conseguido el mayor contrato de una empresa española en el extranjero. Ingresará 6.000 millones de dólares (5.560 millones de euros) por el contrato de construcción del AVE entre Houston y Dallas, en EEUU, según adelantó el ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Los detalles del contrato se darán a conocer el próximo lunes, tras el consejo de administración extraordinario convocado por Renfe.

El presidente de Renfe, Isaías Táboas, se reunió a finales del pasado mes de enero con los responsables del proyecto tejano para tratar sobre los avances del proyecto que finalmente saldrá adelante. El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, aseguró que se trata del «mayor contrato jamás adjudicado a una empresa española», por lo que «Renfe se consolida como una de las principales operadoras ferroviarias del mundo», añadió en un comunicado.

INGRESOS / Renfe no explotará este AVE con trenes propios. La operadora dará el servicio con los vehículos que compre el grupo de empresas privadas que promueve este corredor y, además, se encargará de su mantenimiento. En cuanto a la construcción de la infraestructura de la línea de alta velocidad, está siendo realizada por la empresa italiana Salvini. Renfe forma parte del proyecto del AVE de Tejas desde octubre del 2018, cuando fue elegida socia estratégica para asesorar en su diseño y construcción.

En la fase de diseño y construcción hasta el 2026, la compañía española obtendrá 311 millones de dólares (288 millones de euros) y durante los años de mantenimiento, entre el 2026 y el 2042, los ingresos esperados suman 5.611 millones de dólares (5.200 millones de euros), según concretó la Cadena Ser.

El tren de alta velocidad entre Houston y Dallas/Fort Worth conectará estas dos ciudades, a 386 kilómetros de distancia, en menos de 90 minutos en un corredor que cuenta con dos de las primeras cinco regiones económicas de EEUU.

Renfe cerró el pasado diciembre el preacuerdo para operar la línea ferroviaria de alta velocidad que unirá las dos ciudades norteamericanas mediante el que será el primer tren de alta velocidad de Estados Unidos.

La operadora española, que constituyó en mayo pasado Renfe of America, firmará el contrato con Texas Central Partners, empresa privada que promueve el proyecto, de cuya construcción se encargan la estadounidense Flour Enterprise y Lane Construction, filial de la italiana Salini Impregilo.

Esta operación forma parte del plan estratégico de Renfe para el periodo 2019-2023, que incluye acelerar su internacionalización para incrementar progresivamente el volumen de negocio fuera de España y hacer frente a la competencia que tendrá en España a partir de diciembre del 2020. La internacionalización de Renfe es actualmente el objetivo prioritario de la empresa, junto a la digitalización y el AVE low cost. Son estos los ejes de un plan estratégico ambicioso y que debe contribuir a asegurar los flujos de caja en los próximos años. Renfe espera que el negocio exterior le reporte el 10% de sus ingresos en diez años.

La internacionalización no es nueva para Renfe, que ya explota el AVE entre La Meca y Medina (tras conseguir el contrato formando un consorcio de una decena de empresas) y ha constituido sendas filiales en EEUU y Francia.

En el caso de EEUU quedó fuera del fallido AVE de California y compite por explotar el servicio de Cercanías de Los Ángeles y estudia pujar por las de Boston. En el mercado francés desea operar cuando a finales del 2020 el transporte en tren se abra a la competencia en Europa.

La compañía pública, que a partir de diciembre afronta la entrada de competidores en el AVE español, actualmente puja en alianza con MTR, un operador de Hong Kong, por hacerse con la operación del primer AVE británico, el que se construye entre Londres y Birmingham.

Lograr el contrato del bautizado como el AVE tejano permitirá unir las ciudades de Dallas-Forth Worth y Houston, con una estación intermedia en Brazos Valley, en un tiempo de viaje de hora y media (noventa minutos). El corredor será el primer AVE privado del mundo, dado que está siendo promovido por un consorcio de empresas privadas, el Texas Central Partners, que no prevé contar con fondos públicos. Texas Central y Renfe ya habían alcanzado un preacuerdo en diciembre.