El presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, presentó ayer los resultados del ejercicio del 2019 de la compañía. Telefónica redujo su beneficio el 65,7%, hasta los 1.142 millones de euros. Una caída que se debe, fundamentalmente, al plan de bajas incentivadas que impulsó la salida de más de 2.600 empleados de la teleco (10,4%) y que supuso unas provisión de 1.614 millones de euros, pero del que el presidente de Telefónica no se arrepiente porque es una pata «fundamental» del proceso de transformación de la compañía hacia una firma «puramente» tecnológica.

Un cambio hacia una «nueva Telefónica» al que dio impulso en noviembre poniendo el foco en la innovación (Telefónica Tech) y la monetización de las infraestructuras (Telefónica Infra), centrando sus esfuerzos en cuatro mercados -Alemania, España, Reino Unido y Brasil- tras segregar de sus operaciones a Hispanoamérica. En los mercados europeos crecieron los ingresos (el 1,1% en Alemania, el 0,5% en España y el 4,7% en Reino Unido), mientras en América cayeron (en Brasil el 0,9%, en Hispanomérica Norte, el 6,9%, y en el Sur, el 4,4%). La facturación de la multinacional ascendió a 48.422 millones de euros, el 0,6% menos.