Iberdrola registró un récord histórico de beneficios de 3.400 millones de euros en el 2019, un 13% más que un año antes, según informó la compañía en un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Un resultado que se ha visto impulsado por las inversiones también de récord que el grupo ha llevado a cabo durante el año y que han ascendido a 8.158 millones de euros (32% más). De este total, un 44% se ha destinado a redes y un 41% a renovables. Dos áreas que han reforzado su ritmo inversor en el último año en un 19% y un 85% hasta los 3.589,5 y los 3.344,7 millones de euros, respectivamente. La compañía ha instalado 5.500 nuevos megavatios en todos sus mercados durante el 2019, frente a los 1.000 megavatios de media de los años anteriores. A esta nueva capacidad se añadirán para el 2021 y el 2022 los 9.000 megavatios nuevos que Iberdrola ya está construyendo en la actualidad en España, Portugal, Reino Unido, Estados Unidos, México, Brasil y otros nuevos mercados como Australia. La compañía cuenta además con una cartera de proyectos para desarrollo que suma más de 40.000 megavatios en todo el mundo. Además, las inversiones realizadas en el negocio de redes han incrementado el valor de estos activos regulados del grupo hasta los 31.000 millones de euros, un 6% más que en el 2018. Todo ello en un entorno de nuevos marcos regulatorios -2020-2025-- tras la aprobación de las circulares por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) «que aportan mayor estabilidad». También el beneficio bruto de explotación (Ebitda) ha marcado un nuevo hito en la historia de la compañía, al superar por primera vez los 10.000 millones de euros (10.104 millones de euros), tras incrementarse un 8,1% en el ejercicio. Un registro especialmente bueno puesto que la eléctrica ha registrado una de las peores producciones hidroeléctricas de los últimos años que se ha visto cuasi compensada por la generación eólica, según ha informado. El presidente del grupo, Ignacio Galán, sacó pecho al señalar en un comunicado que «estos resultados reflejan la visión estratégica y la capacidad de ejecución de la compañía, que nos han permitido anticiparnos en 20 años a la actual transición energética». La compañía ha ofrecido sus 600.000 accionistas una revalorización de la acción y de los dividendos pagados en el año del 37% y acumula un crecimiento del dividendo del 47,6% en los últimos cinco años.