El sector textil puede ser uno de los más afectados por el bloqueo de las exportaciones chinas si se mantiene más de tres semanas. Todas las compañías del sector han puesto en marcha gabinetes de crisis para trasladar parte de la producción de China a otros países y evitar la posible rotura de las cadenas de suministro. Confirmaron maniobras en este sentido firmas como Desigual, Primark o Mango, por ejemplo, pero todas batallan por reservarse proveedores alternativos a la menor distancia posible y con precios asumibles.

En el textil se han notado especialmente las consecuencias funestas que puede tener externalizar producción en un solo país aunque ofrezca los precios más bajos del mercado. Ahora, las firmas del sector buscan sin excesiva posición de fuerza nuevos proveedores y se empiezan a notar más tráficos entre la Península y Marruecos desde hace un par de semanas, según fuentes del sector logístico.

El presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), Eduardo Zamácola, advirtió esta semana de la posibilidad de que algunas empresas textiles encarezcan sus precios como consecuencia de sus mayores costes. Pero no siempre el precio de venta se fija en función de los costes, y los márgenes de maniobra de la firmas de moda son todavía amplios. Preocupa más la falta de determinados componentes textiles o complementos. "Hay muchos tejidos, botones o cremalleras que vienen de China. Eso puede ser un problema", dijo Zamácola.

Parte de la industria textil española se puede ver beneficiada por la demanda de las grandes cadenas. Pero se sospecha que los grandes pedidos se están redirigiendo a Tailandia, Turquía (pese a la compleja situación prebélica) y Marruecos.