Narcís Cardona, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia y director de Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia (iTeam), entiende el 5G como una auténtica "revolución industrial". Defiende que España tiene una gran oportunidad de mejorar la competitividad de su economía gracias a la nueva generación de tecnología móvil.

-¿Qué va a suponer el 5G para nuestra economía?

-Está diseñado para conectar todo tipo de dispositivos, no solo teléfonos móviles, y por lo tanto se espera que tenga impacto en muchos sectores económicos en el futuro. Una aplicación correcta de la 5G en industria, automoción, logística, agricultura y gestión urbana, debe hacer a nuestra economía más competitiva.

-De momento parece una batalla comercial entre China y EEUU. ¿Qué papel puede jugar Europa?

-Europa, y España por inclusión, no deben ni estar al margen de la situación, ni dejarse arrastrar por esta situación. En Europa disponemos de tecnología 5G y somos pioneros en el conocimiento que ha dado lugar a este estándar de comunicaciones móviles. Sin embargo, el número de grandes empresas de microelectrónica y fabricación de equipos de comunicaciones es escaso. Tenemos que entender que la peor estrategia es frenar su despliegue, porque en otras regiones del mundo, especialmente en Asia, ya está despegando con fuerza y, si nos quedamos atrás en su implantación, terminaremos comprando las aplicaciones de 5G a Estados Unidos, Corea o China.

-¿Y España?

-Siendo conscientes de que no vamos a liderar la fabricación de los equipos, conviene despegar pronto, facilitar el despliegue de la red, apostar por sus aplicaciones industriales, y de ese modo liderar el desarrollo de aplicaciones de la 5G.

-¿Podemos hablar de una nueva revolución industrial?

-Sí. En el momento en el que se establezcan redes 5G en entornos industriales, la eficiencia de los procesos logísticos y de producción se pueden multiplicar. El 5G no va únicamente a repercutir en lo que vemos en nuestros smartphones, sino en muchos otros ámbitos, donde nuestras empresas sí son competitivas. Vamos a poder encontrar oportunidades para desarrollar esa "tecnología de proximidad" que nos haga competitivos, tanto por el uso como por el desarrollo de aplicaciones y servicios de la 5G.

-El 5G abrirá las puertas a la inteligencia artificial. ¿Estamos a tiempo de garantizar que su desarrollo sea con criterios éticos?

-En realidad, la inteligencia artificial no es una tecnología nueva. Los algoritmos inteligentes, el software que es capaz de tomar decisiones, lleva con nosotros décadas. Pero, ¿qué es lo que va a cambiar? La cantidad de datos disponibles por hora va a crecer, y la cantidad de dispositivos que generan esos datos también (máquinas, vehículos, sensores…). Ese "big data" sí es nuevo, y se convertirá en el nuevo combustible de la inteligencia artificial. Estamos a tiempo de reforzar las actuales leyes de protección de datos, y debemos hacerlo no solo por la 5G sino por todas las redes y sistemas de comunicaciones que usamos a diario, incluyendo -sin ir más lejos- las televisiones conectadas.

-La revolución tecnológica avanza a velocidad de vértigo. ¿Hablaremos pronto del 6G?

-Sí, de hecho, se empieza a hablar de 6G en los foros científicos, en el Programa Marco de investigación de la Comisión Europea y en empresas punteras del sector. Hay que pensar que se empezó a hablar de 5G hace una década, en 2010. Por ahora no hay una concreción de en qué va a consistir, pero sí la idea común de que la 6G romperá las barreras físicas de interacción entre el usuario y la red, con pantallas virtuales, objetos inteligentes y telepresencia como primeros escenarios 6G.