El comercio electrónico está en plena actividad, pero con signos de saturación y plazos de entrega más elevados de lo habitual. El decreto del Gobierno de limitar la actividad de las empresas en España para limitar los movimientos de personas deja al margen "las que trabajan en la distribucion y entrega de productos adquiridos en el comercio por internet, telefonico o correspondencia". Esta salvedad deja también la puerta abierta a que las empresas preparen los envíos. La saturación de peticiones por el cierre de comercios ha hecho que los envíos, en general, sean mucho más lentos que lo habitual, en general más del doble que los habituales.

En el mismo Correos, la actividad se ha restringido según fuentes de la empresa a la actividad esencial mientras los sindicatos reclaman incluso el cierre total. Se puede recibir el paquete azul de hasta 20 kilos de peso. El 25% de la plantilla trabaja actualmente a diario en días alternos, unas 13.000 personas a diario, gestionando al día unos 5,5 millones de envíos con unas 160.000 entregas diarias. El cumplimiento de los plazos de entrega estipulados por ley constituye uno de los elementos esenciales del servicio postal universal (SPU), junto con su prestación en todo el territorio. La crisis actual requerirá especial indulgencia con los plazos de entrega de paquetería (debe de ser de tres días para al menos el 80% de los envíos, algo actualmente casi imposible).

Mientras en los servicios de entrega de cestas de la compra desde supermercados están casi colapsados, en otro tipo de productos como el textil está cayendo el interés de los consumidores en la compra 'on line' tras el confinamiento. Resulta realmente difícil conseguir cerrar las peticiones de envío en supermercados, con cuelgues de las aplicaciones y falta de estocs para envío desde la web, lo que hace que la venta en comercios de proximidad se beneficie. Una salida son las firmas intermediarias de mensajería. En Glovo aseguran que han disparado el servicio de compras de alimentación y de productos farmacéuticos (especialmente termómetros).

Existen comercios que han suspendido la venta 'on line' tras el cierre de las tiendas físicas, mientras otros han reactivado el canal y han incrementado las ventas. En el caso de ToysRUs, por ejemplo, han entendido que la confinación de los niños en el hogar es una oportunidad para la a venta de juguetes. La firma ha informado de que ha llevado "todo su catálogo de juguetes a la web". En estas últimas semanas, algunos de los juguetes más demandados son Play Doh; Monopoly o Lego, aseguran.

El gigante del comercio electrónico Amazon también trabaja a pleno rendimiento. Pese a ello, los plazos de entrega tienden a ser más amplios de lo habitual en una situación normal. Incluso productos propios como los lectores de libros electrónicos se llegan a entregar con una semana de plazo.

En electrónica, un indicador de tendencia lo ofrece la firma PC Componentes, uno de los mayores distribuidores en España. Ya en los primeros momentos de la crisis desatada con el coronavirus se detectaron alzas importantes en la demanda de ordenadores portátiles. En concreto, en la primera quincena de este mes las ventas aumentaron el 60%, especialmente para teletrabajo en casa, con un aumento del precio medio de la cesta de la compra del 50%, hasta los 300 euros. "Hemos notado un aumento significativo en todo aquello relacionado con el teletrabajo, la educación, la comunicación", explican. Incluso sillas de oficina, añaden ya que opinan que "trabajar desde casa es algo muy nuevo para mucha gente y ha sido necesaria una adaptación en tiempo récord". Sin embargo se ha notado una caída en la venta de otros productos como 'smartphones', tabletas, videocámaras o patinetes eléctricos.

Hasta en la venta de alimentos para mascotas se está incrementando la venta 'on line'. La firma Gosbi asegura que ha multiplicado por cuatro la venta por internet. Esta firma, "con el fin de cuidar al canal especializado en estos días difíciles para el comercio local!, ha adaptado su web de modo que parte de los beneficios provenientes de la venta 'on line' puedan llegar a aquellos comercios que colaboren con la marca, y así ofrecer una ayuda extra en estos momentos de cierre de tiendas.

Pese al incremento generalizado de las compras por internet, en casi ningún caso se está consiguiendo compensar el cierre de los canales de venta tradicionales. En cualquier caso, la puerta de permitir el comercio electrónico en España es una vía para minimizar el desplome de las ventas en todos los sectores, especialmente en el textil con el cierre de miles de tiendas en Europa. De no haberse dejado esa rendija en las restricciones de actividad, se hubiera desatado un alud de importaciones con efectos económicos irreparables, reconocen en el sector industrial.