Endesa obtuvo un beneficio neto de 491 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que representa una caída del 41,8% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, aunque ha ratificado sus objetivos para el conjunto de 2021.

El resultado de la energética en el periodo de enero a marzo se vio lastrado por la fuerte subida en el precio de la electricidad en este inicio de año, especialmente con respecto a los bajos precios que se vieron prácticamente a lo largo de todo 2020 debido al Covid-19, así como por menores extraordinarios, ya que el ejercicio pasado registró un impacto positivo por la reversión de provisiones que tenía tras la entrada en vigor de su nuevo convenio colectivo.

Endesa, que vende más energía de la que produce, necesita comprar energía en el mercado, beneficiándose cuando los precios caen, como ocurrió el año pasado, pero viéndose perjudicada en sus cuentas si están altos.

La caída del beneficio ordinario neto de Endesa en este primer trimestre fue de un 40,9% frente a marzo de 2020. En términos comparables respecto a los 564 millones en 2020 (eliminado el efecto neto de las provisiones registradas el año anterior), la disminución se queda en el 13%, indicó la compañía.

Los ingresos de la eléctrica en el primer trimestre ascendieron a 4.993 millones de euros, con una ligera caída (-1,5%) frente a los 5.069 millones de euros de hace un año.

El resultado bruto de explotación (Ebitda) del grupo a cierre de marzo se situó en los 1.019 millones de euros, un 31% inferior a los 1.476 millones de euros del primer trimestre de 2020. Esta cifra está en línea con las previsiones, pese al endurecimiento de las condiciones del mercado energético en el inicio de del año. En términos comparables con los 1.120 millones del pasado año, se reduce un 9%.

No obstante, el grupo ha ratificado los objetivos para el conjunto de 2021 que anunció el pasado mes de noviembre al mercado, con un resultado bruto de explotación de 4.000 millones de euros y un beneficio ordinario neto de 1.700 millones de euros al final del año.

El consejero delegado de Endesa, José Bogas, destacó que la energética ha afrontado "un complejo y turbulento" contexto de mercado en el inicio del año, confiando en que se vaya "normalizando la situación en los siguientes trimestres".

Impacto positivo

La evolución financiera del mercado liberalizado del grupo se ha visto impactada positivamente por la regularización de diversos conceptos heredados de ejercicios previos con un saldo neto de 150 millones. Concretamente, en este inicio de año se ha registrado una regularización por importe de 188 millones procedente de la reducción sufrida en la retribución del año 2006, cuando entró en vigor el sistema de asignaciones de CO2.

Por otra parte, la energética más que duplicó (+111%) su flujo de caja en este primer trimestre del año, alcanzando los 583 millones de euros.

La deuda neta de la compañía a cierre de marzo alcanzaba los 7.500 millones de euros, lo que supone un alza de 600 millones derivada principalmente del pago del dividendo a cuenta de los resultados de 2020 abonado el pasado mes de enero.

Interés medio

Mientras, la ratio de apalancamiento (deuda neta sobre Ebitda) se situaba en 1,9 veces en términos comparables, desde 1,8 veces a cierre de 2020. Asimismo, el grupo mantiene un coste de la deuda bajo, con un interés medio del 1,7%, la misma cifra que al cierre del año pasado, situándose como la 'utility' europea con menor coste de su pasivo a cierre del trimestre, destacó el grupo.

En cuanto a su estrategia en finanzas sostenibles, Endesa cerró transacciones por 2.800 millones en el trimestre. Con ello, del total de la deuda bruta (8.000 millones), el 49% incluye criterios de sostenibilidad, una cota desde la que la empresa prevé seguir dando pasos para elevarla al 60% fijado como objetivo para final de 2023.

Proyectos renovables

Por otra parte, la empresa, que ha superado hasta marzo el objetivo de producción peninsular libre de emisiones de dióxido de carbono establecido para 2023 (un 89%) al lograr un 91%, ha elevado su cartera total de proyectos renovables hasta los 44.400 megavatios (MW) -desde 41.800 MW a cierre de 2020-, de los cuales 6.500 MW cuentan con derecho de acceso y conexión a red.

Endesa tiene en ejecución 2.300 MW de nueva potencia renovable, lo que da seguridad respecto al objetivo de conectar 700 MW en 2021. Adicionalmente, en el primer trimestre, Endesa adquirió 519 MW fotovoltaicos en Huelva por un importe, incluido el coste de construcción, de 350 millones de euros.

Además, la compañía ha diferenciado por primera vez los proyectos de baterías, que suman 6.000 MW en términos brutos, de los indicó que 400 MW están en "un avanzado estado de madurez".

En cuanto a la evolución del mercado de comercialización de electricidad, las ventas caen un 3% en comparación con el primer trimestre de 2020. Ello se explica fundamentalmente por el impacto pleno en 2021 de los efectos del Covid, respecto al efecto de la pandemia que se registró fundamentalmente en la segunda mitad de marzo el año pasado.

Endesa ha puesto en marcha además diversas iniciativas comerciales, basadas en las ventajas que le aporta la digitalización de su operativa, para enfrentar la fuerte competencia en el mercado liberalizado de electricidad.

En lo que se refiere a la movilidad eléctrica, mantiene el liderazgo en España en red de puntos de recarga con 7.500 a cierre del trimestre, un 6% más respecto de los 7.100 de final de 2020. De esa cifra, 2.000 son puntos de recarga de acceso público.