La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, considera que la inflación, que alcanzó el 3% en agosto muy por encima del nuevo objetivo del 2% que se ha fijado el BCE, seguirá creciendo este otoño en la zona euro aunque sostiene que el repunte será “en gran parte temporal”, impulsado por el fuerte aumento de los precios del petróleo, el fin de la reducción temporal del IVA en Alemania y las presiones de costes debido a la escasez temporal de materiales y equipos, y que la situación se revertirá en 2022 y 2023.

Según Lagarde, que ha comparecido este lunes durante el diálogo macroeconómico mensual en la comisión de asuntos económicos de la Eurocámara, las previsiones de la entidad bancaria auguran una inflación anual del 2,2% en 2021, del 1,7% en 2022 y del 1,5% en 2023. “En diciembre tendremos una idea más clara sobre el suministro de materias primas, si los cuellos de botellas siguen ahí y si generan riesgo inflacionista sobre los precios”, ha explicado durante una comparecencia en la que ha insistido en numerosas ocasiones sobre el carácter temporal del aumento del nivel de precios. “Estamos convencidos de que se van a disipar a lo largo del próximo año”, ha añadido durante el turno de debate con los eurodiputados.

La situación, en todo caso, es incierta. El aumento de los precios podría ser inferior al previsto si vuelven a aplicarse restricciones y la actividad económica se resiente. Sin embargo, Lagarde también ha reconocido que hay factores que podrían generar presiones más fuertes sobre los precios. Por ejemplo, si la escasez de materiales y equipos persiste y afecta a la producción de manera persistente lo que podría repercutir con más fuerza en la cadena de precios. Otros de los riesgos es que una inflación persistentemente alta termine resultando en demandas salariales más altas de lo previsto. Hasta ahora, no obstante, “estamos viendo signos limitados de estos riesgos, lo que significa que nuestro escenario base continúa previendo que la inflación se mantendrá por debajo de nuestra meta en el medio plazo”, ha explicado Lagarde.

Recuperación económica

Durante su intervención ante la Eurocámara, vía internet, la presidenta del BCE también ha explicado que la recuperación económica de la Eurozona está “cada vez más avanzada” gracias en parte al éxito de las campañas de vacunación en Europa, que han permitido limitar las restricciones. “Esto ha permitido un repunte de la actividad económica, particularmente en el sector servicios, que fue el más afectado por las medidas de contención”, ha dicho. Como resultado de este rebote, Lagarde espera que el crecimiento continúe siendo sólido durante la segunda mitad de 2021, lo que permitirá al BCE recuperar sus niveles prepandemia para finales de 2021.

“Esta perspectiva positiva a corto plazo se refleja en las proyecciones de los expertos del BCE de septiembre, que prevén un crecimiento anual del PIB real del 5,0% en 2021, del 4,6% en 2022 y del 2,1% en 2023”, ha detallado precisando que las perspectivas de crecimiento siguen siendo inciertas y dependen de la evolución de la pandemia aunque “los riesgos para el crecimiento están en general equilibrados”. La francesa también ha avisado de que las condiciones favorables de financiación son fundamentales para que la economía continúe su recuperación y para que la inflación converja de manera duradera hacia la meta del 2%.