Los negociadores del nuevo marco fiscal global para las empresas multinacionales alcanzaron un acuerdo pionero, que incluye un impuesto de sociedades mínimo del 15%, anunció este viernes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

El acuerdo alcanzado este viernes incluye a 136 países y jurisdicciones, que abarcan más del 90% del PIB mundial sobre los 140 que participan en las negociaciones, señaló la OCDE, coordinadora del proceso, en un comunicado.

Tres países europeos de baja fiscalidad para las empresas (Irlanda, Hungría y Estonia) se sumaron al acuerdo político acordado en julio pasado, aunque Pakistán decidió salirse.

Lo pactado supone que la redistribución de unos 125.000 millones de dólares anuales procedentes de los beneficios entre aproximadamente un centenar de multinacionales y empresas muy rentables, destacó la OCDE. "El acuerdo de hoy hará que las disposiciones fiscales internacionales sean más justas y funcionen mejor. Esta es una gran victoria para un multilateralismo eficaz y equilibrado", afirmó el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.

La reunión virtual celebrada este viernesentre los 140 países y territorios que forman parte del llamado "marco inclusivo" formaba parte del proceso para avanzar hacia la creación, por primera vez, de un mecanismo para que las grandes empresas paguen impuestos por los beneficios que generan en cada Estado o territorio, así como una fiscalidad mínima para los impuestos de sociedades.

El acuerdo se basa en dos pilares cuyas líneas generales se trazaron en el consenso de 130 países alcanzado el pasado 1 de julio.

El Pilar 1 fija el volumen del beneficio residual de las empresas (el que queda después de que el país donde esté la sede se haya quedado con el impuesto correspondiente al 10% de la rentabilidad) se repartirá entre los países donde operan las compañías.

La cifra acordada este viernes fue del 25% de ese beneficio residual, después de que hasta ahora se estuviera discutiendo entre un rango entre el 20 y el 30%. Esto se refiere a grandes empresas con una facturación mundial superior a los 20.000 millones de euros y una rentabilidad superior a los del 10%, y el reparto de beneficios se realizaría entre los países donde cada compañía tiene ingresos superiores a un millón de euros (250.00 en pequeños estados).

El Pilar 2 establece ahora que un impuesto de sociedades mínimo del 15%. En su anterior formulación, se preveía "al menos el 15%", lo que se interpreta como una flexibilización para atraer a los países más remisos, como los tres europeos. La suma de Irlanda, Hungría y Estonia hace que ya el acuerdo tenga el apoyo de todos los países del G20 y de la OCDE.

Además de la salida de Pakistán, siguen sin sumarse al actual consenso otros tres países que ya estaban fuera: Nigeria, Kenia y Sri Lanka, con lo que un total de 136 países y jurisdicciones respaldan esta iniciativa.

Von der Leyen: "Es un gran paso adelante"

La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, celebró este viernes el acuerdo alcanzado sobre un nuevo marco fiscal global es un "gran paso adelante" y una "cuestión de equidad básica".

"Celebro el acuerdo alcanzado hoy sobre la reforma fiscal global. Es un momento histórico. Es un gran paso adelante para hacer más justo nuestro sistema fiscal mundial", afirmó Von der Leyen en una declaración distribuida por la CE.

La política alemana afirmó que "pedir a las grandes empresas que paguen la cantidad correcta de impuestos no es sólo una cuestión de finanzas públicas. Es sobre todo -añadió- una cuestión de equidad básica". En este sentido, la jefa del Ejecutivo comunitario reflexionó que, debido a que "queremos una sociedad en la que haya un conjunto de reglas para todos (...), todas las empresas tienen que pagar lo que les corresponde".

Von der Leyen recordó que la CE ha apoyado "firmemente este esfuerzo internacional" y tuvo unas palabras de agradecimiento al comisario de Economía, el italiano Paolo Gentiloni, y a sus servicios por su "incansable trabajo en este sentido". La política conservadora reconoció que "llegar a este punto ha requerido decisiones difíciles para muchos países", como por ejemplo Irlanda, Hungría y Estonia, que tienen una baja fiscalidad.

La presidenta de la CE se mostró convencida de que este acuerdo traerá "beneficios a largo plazo", reforzará la economía social de mercado y el mercado único de la UE.

Von der Leyen dijo esperar "con interés" la cumbre del G20 de finales de mes, donde está previsto que se ultimen los detalles de este acuerdo. "Después, tenemos que aplicarlo", señaló. Este acuerdo será discutido en la cumbre del G20 de Roma, los próximos 30 y 31 de octubre, donde se estudiarán los próximos pasos para que lo pactado pueda aplicarse ya desde 2023. La presidenta de la CE aseguró que desde la institución que lidera trabaran "estrechamente con los Estados miembros para garantizar que la UE avance de forma unida".

Paralelamente, añadió, sus servicios seguirán "tomando medidas enérgicas contra la evasión y la elusión fiscal" porque hay que "garantizar que todo el mundo pague sus impuestos de forma equitativa". "Se lo debemos a nuestros ciudadanos", concluyó Von der Leyen.