La firma de cosmética natural Freshly Cosmetics ha recibido 18 millones de euros de inversión del fondo londinense Blossom Capital, según han adelantado fuentes de la compañía a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario que pertenece a este grupo, Prensa Ibérica.

Fundada en 2016 por tres jóvenes ingenieros químicos de Reus (Tarragona), Freshly Cosmetics ha crecido con recursos propios, un pequeño crowdfunding y líneas de financiación bancaria tradicionales.

Desde su nacimiento, la facturación ha aumentado año a año: pasaron de ingresar 1,3 millones en 2017 a 30 millones en 2020. Junto al producto y a la recurrencia de los compradores, estos poderosos datos llamaron la atención de inversores de capital riesgo. Pero los fundadores —Miquel Antolín, Mireia Trepat y Joan Miralles— habían preferido mantenerse independientes hasta ahora. Los constantes resultados positivos de la empresa se lo permitían.

"Al principio nos contactaron inversores españoles, pero los descartamos porque sus valores no nos encajaban", explica Antolín, el CEO, a este diario. "Planteaban vender la empresa en cinco años y cosas así. Y no queríamos bajo ningún concepto".

Este año, Freshly Cosmetics prevé superar los 50 millones de euros en ventas. Son ya 245 empleados, que trabajan en su mayoría en Reus.

"Dependemos del Black Friday y de la Navidad. Son los meses más importantes, cuando hacemos el 30% de la facturación", continúa el fundador. "De cómo se nos dé dependerá de si cerramos con beneficios o pérdidas".

Freshly es especialista en productos faciales, corporales y capilares con ingredientes naturales, veganos y no testados en animales. La cosmética natural es una tendencia al alza. La actriz estadounidense Jessica Alba fundó su propia firma, Honest Co, que salió a Bolsa el pasado mes de mayo.

Con los 18 millones de Blossom en la cuenta, Freshly Cosmetics se prepara para la expansión internacional.

"Cerramos 2020 con un 95% de ingresos provenientes de España. Queríamos romper con esta dependencia y abrirnos a otros mercados. Ahí los costes se te disparan: no es lo mismo vender solo en España que en el resto del mundo", continúa Antolín. "Vimos que no teníamos el conocimiento y que durante dos años se nos podía desestabilizar el balance. Era un buen momento para considerar la entrada de un fondo. Y como desde Blossom habían venido a buscarnos, hablamos, vimos qué podían ofrecer y nos aseguramos de que nuestra visión para los próximos años quedaba comprometida".

Un 'casting' para alquilar en Londres

Antolín, Trepat y Miralles montaron la empresa al poco tiempo de salir de la Universidad. Hicieron sus prácticas en multinacionales pero no se veían trabajando en ellas.

La madre de Antolín, que en ese momento era ama de casa y hoy trabaja para la compañía, hacía pastillas de jabón natural. Los jóvenes lo vieron y se inspiraron para hacer algo similar. Recaudaron 80.000 euros —de dos premios de emprendimiento, un préstamo bancario y el crowdfunding— y se lanzaron al mercado.

Freshly Cosmetics vende a través de internet, pero el año pasado dio el salto al mundo físico y abrió su primera tienda en la calle Fuencarral de Madrid. Desde entonces, ha abierto otras dos en Barcelona y Valencia. Y destinará parte de la inversión a abrir en la famosa Carnaby Street de Londres.

Tienda de Freshly Cosmetics en Valencia. FRESHLY COSMETICS

"Con el COVID se quedaron vacíos algunos locales en esa calle, que está siempre llena. Detectamos uno. Estábamos atentos porque queríamos probar a abrir alguna tienda internacional", explica Antolín. "En Barcelona y Valencia la mayor parte de la facturación es de clientes repetidores, así que nos interesa ver cómo funciona una ciudad donde no nos conoce prácticamente nadie. Será construir marca a la inversa: del físico al digital. En España las tiendas están yendo muy bien".

Pese a la pandemia, alquilar en Carnaby no es nada fácil. No tanto por el precio —"parecido a Madrid y Barcelona", dice el CEO— sino porque hacen criba para entrar.

"Aunque sea una calle, todos los locales los gestiona la misma empresa. Es como si fuera un centro comercial. Les mete presión tener vacantes y quieren controlar muy bien quién abre. Solo quieren marcas de primera línea, como Pepe Jeans o Benefit, y marcas vivas, que arriesguen", continúa. "Estuvimos cinco meses negociando hasta que nos seleccionaron. Abrimos en diez días".

El equipo tuvo que enviar documentos con la evolución de la empresa y su propuesta visual. Han contratado a siete personas (todas nativas inglesas) y pintarán la fachada de la tienda de amarillo. "Aquello es como un espectáculo", sostiene Antolín. Tienen contrato para los próximos cinco años.

Además de la tienda londinense, la empresa empleará los fondos en el resto de mercados europeos (en Italia, Francia y Portugal, principalmente) y en China, donde entraron en junio a través del marketplace TMall.

La crisis de los suministros les está afectando en dos aspectos: retrasos en la entrega de materias primas y de dosificadores, lo único que traen de China. "El resto de envases son de fabricación española. Los dosificadores no, aunque eso está cambiando y a lo mejor podemos empezar a hacerlos aquí. Es lo único que nos da problemas".

Por último, Antolín recalca que "una parte muy importante" del dinero se destinará a la investigación y el desarrollo. "No solo en formulaciones, también en packaging. Hemos lanzado jabones sólidos y desarrollado dos patentes para estos productos. Vemos una oportunidad grande en toda la transición sostenible que habrá en cosmética. Ahora somos ocho en el equipo, entre biotecnólogos, bioquímicos e ingenieros químicos, y queremos doblar ese equipo de cara al primer semestre del próximo año".