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Los sindicatos de Ford Almussafes dan por perdido el turno de noche hasta 2025

Los proveedores más dependientes de la factoría prevén un «efecto directo» en su actividad

Una de las plantas de Ford en Almussafes, desierta en una de las jornadas de ERTE total. | LEVANTE-EMV

La industria del automóvil tiene un alto componente cíclico. Vive expuesta no solo a los vaivenes macroeconómicos sino también al recorrido que tiene cada modelo en el mercado, ya que van perdiendo tirón a medida que cumplen años a la venta. Si a esto le sumamos una crisis estructural por la forzosa reconversión hacia las cero emisiones, el sector parece condenado a menguar durante la transición que encara en los próximos años. La factoría de Ford en Almussafes está siendo testigo de esta coyuntura, que le llevará de hecho a perder el turno de noche en 2022. Los vehículos que fabrica, salvo el Kuga, están prácticamente amortizados y encaran la parte final de su recorrido. Y sin la adjudicación de algún nuevo modelo eléctrico, los sindicatos de la factoría valenciana descartan volver a la carga de trabajo de las fases expansivas en el corto plazo.

Almussafes atraviesa ahora la parte baja del ciclo. Una como la que ya vivió en 2008 tras la Gran Recesión y la pérdida del Focus, que Detroit optó por pasar a producir en la planta alemana de Saarlouis. Aquello provocó, como ahora, que la dirección eliminara el turno de noche al año siguiente ante el desplome de la demanda. Según comunicó la compañía a los sindicatos, la medida se aplicará de forma indefinida, lo que de facto va a reducir en unos 300 coches al día la capacidad productiva de la fábrica.

La última vez que desapareció el tercer turno de trabajo en Almussafes estuvo suspendido cuatro años, hasta la adjudicación de los modelos actuales en 2013. Y ahora la parte social prevé que, en el mejor de los casos, les esperan otros tres años sin producción nocturna, al menos hasta 2025.

«Ni recibir los nuevos modelos eléctricos garantiza la vuelta del turno de noche, porque nadie conoce el volumen de demanda que tendrán», apuntaba ayer a este diario el portavoz del comité de empresa, José Luis Parra. Según su tesis, fabricar eléctricos no garantiza que Almussafes vaya a retornar a los niveles de producción y empleo de inicios de la década pasada, pero no elaborarlos sí que sería la sentencia de la factoría valenciana. «Si no fabricamos eléctricos estamos condenados», advierte Parra, que añade que esa razón es por la que su organización, UGT, está apelando a la paz social en las actuales negociaciones sobre la reestructuración de la división europea pese a las rebajas salariales y de derechos sociales que exige Detroit. «Aspiramos a un acuerdo que ponga a Valencia en la pole de la futura adjudicación de modelos eléctricos», defiende.

Por los tiempos que necesita esta industria, Almussafes no estará fabricando coches eléctricos al menos hasta 2025, según los cálculos de Parra. «Se necesitan un mínimo de tres años desde que se anuncia el modelo adjudicado hasta que se fabrica la primera unidad, así que estamos ante un desierto tortuoso que no permite vislumbrar la recuperación», admite.

Efecto en la cadena de valor

El peso de Ford en la economía valenciana trasciende a la propia factoría y el fin del turno de noche pone en riesgo a este sector auxiliar surgido en torno a la multinacional de EE UU y que genera casi 30.000 empleos y 13.500 millones de euros de facturación anuales. Avia, clúster de automoción de la Comunitat Valenciana, dijo ayer que los proveedores de nivel 1, los más ligados a Ford y que suponen casi un 25 % de las 116 empresas asociadas, van a sentir un «efecto directo» en su carga de trabajo, mientras que las de una menor exposición sufrirán menos el impacto ya que han emprendido «estrategias de diversificación» ante la crisis del sector.

La firma se suma a un pacto verde sin Volkswagen, BMW ni las japonesas

Pese a tener una hoja de ruta verde propia e incluso más ambiciosa, Ford se sumó ayer a una declaración rubricada por algunos fabricantes, una treintena de países y un centenar de organizaciones en la cumbre del clima de Glasgow que aboga por eliminar los coches de combustión (incluidos los híbridos), para el año 2035. Junto a la marca del óvalo firmaron otros fabricantes como Volvo, Mercedes, Jaguar o General Motors, si bien hubo otras grandes compañías que esquivaron asumir este compromiso (Volkswagen, BMW, Toyota, Honda, Nissan o Hyundai, entre otras). Asimismo, entre los países firmantes también destacan más las ausencias, ya que los adheridos apenas representan el 15 % del mercado mundial y faltan los grandes como China, Estados Unidos, Alemania, Fracia o la propia España. Sí se unieron India, Canadá, Países Bajos, Noruega, Dinamarca o Chile.

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