Nuevo tirón público de orejas de Nadia Calviño a los bancos. Como ya hizo la pasada primavera con los eres y los sueldos de los altos ejecutivos, la vicepresidenta económica ha querido visibilizar su malestar con el sector por el deterioro del servicio que presta a las personas de edad avanzada, que se ha agudizado en los últimos meses como consecuencia de las fusiones de entidades y cierres masivos de oficinas. Para ello, ha convocado este jueves de urgencia a los responsables de las tres patronales bancarias (AEB, CECA y UNACC), a los que ha dado un mes de plazo para desplegar nuevas medidas. El mensaje que quería trasladar a la sociedad es que "el Gobierno urge a garantizar la inclusión financiera de los mayores".

Los problemas de exclusión financiera provocados por la reconversión bancaria han sido una constante en el debate público desde la anterior crisis de 2008-2014, que se llevó por delante a buena parte del sector. Hasta ahora era más habitual que la polémica se centrase en las poblaciones rurales que no cuentan con una oficina (se han incrementado un 23% desde 2008, de las 3.569 a las 4.405 del cierre de 2020). Pero en los últimos meses han ganado relevancia los problemas que están sufriendo las personas mayores con la limitación de los horarios de atención en ventanilla, las colas que ello ha provocado en plena pandemia, y la obligación de hacer ciertas gestiones en los cajeros o por medios digitales.

Especial repercusión ha tenido la iniciativa de Carlos San Juan, un médico jubilado de 78 años, de recoger firmas a través de la plataforma change.org para reclamar un "trato más humano" en las sucursales. "Puede que para una persona joven un trámite digital no suponga ningún esfuerzo, pero para muchos mayores sacar dinero o hacer una transferencia se vuelve imposible si es por una aplicación. Yo he llegado a sentirme humillado al pedir ayuda en un banco y que me hablaran como si fuera idiota por no saber completar una operación. Y he visto ese mal trato dirigido a otras personas", ha denunciado en una iniciativa que ha recibido ya más de 323.000 apoyos.

Nuevas medidas

La cada vez mayor visibilidad pública del problema llevó el miércoles a Calviño a convocar para este jueves a José María Roldán (presidente de la patronal de los bancos AEB), José María Méndez (director general de la asociación de cajas CECA) y Cristina Freijanes (secretaria general de la organización de cooperativas de crédito UNACC), además de al director de conducta de entidades del Banco de España, Fernando Tejada. En el encuentro se ha acordado que el Observatorio para la Inclusión Financiera lanzado por las patronales el pasado julio realizará un diagnóstico de la situación y que en el plazo de un mes las asociaciones bancarias plantearán nuevas medidas.

"El año pasado instamos a la acción y el sector suscribió un protocolo estratégico para reforzar el compromiso social y sostenible, muy orientado a garantizar la prestación de servicios en el ámbito rural. Desde entonces se han ido poniendo en marcha soluciones creativas, pero está claro que no son suficientes para responder a la situación específica de los colectivos vulnerables y especialmente de las personas mayores. En la reunión hemos coincidido en la necesidad y urgencia de abordar medidas adicionales", ha asegurado Calviño en un vídeo.

Golpe de efecto

La iniciativa de la vicepresidenta ha causado sorpresa y malestar en la banca, que la ha interpretado principalmente como una operación de imagen de la ministra. "Lo que quería era hacerse una fotografía y lanzar la idea de que nos da un toque de atención; si hubiera querido otra cosa, podríamos haber mantenido encuentros discretos y presentar al final de ellos públicamente una batería de medidas", afirma una fuente bancaria, acertando a resumir el sentir general del sector.

Las distintas entidades consultadas admiten que se están produciendo problemas en la atención a los mayores, pero destacan que es algo común a muchos sectores económicos por la digitalización. "No es un reto bancario, es un reto de país. No hay más que ver lo complejo que es hacer trámites con las administraciones públicas, por ejemplo", critica otra fuente. "No sé que vamos a ser capaces de armar los bancos, pero hay presión y algo habrá que hacer", añade una tercera.