La luz está batiendo récords históricos en España hasta el punto de alcanzar los 288 euros el MWh, coste que está comportando que los ciudadanos tengan que ingeniárselas para reducir el dinero en las facturas. Y es que el mes de octubre se está registrando como el mes más caro de la historia, superando los registros de verano en julio y agosto.

Adaptar el consumo

En primer lugar, cabe recalcar que la factura de la luz tiene ahora mismo tres franjas horarias en las que consume en mayor o en menor medida. Por ello, lo mejor es adecuar el uso de los electrodomésticos a la franja horaria que tenga un coste menos elevado. En esta dirección, las mejores horas en las que poner los electrodomésticos son desde la medianoche a las 10 de la mañana o de mediodía a seis de la tarde.

Revisar la potencia contratada

En el caso de poder adaptar las horas de consumo, también es recomendable para ahorrar en la factura de la luz es contratar una potencia más pequeña para las horas punta, es decir, aquellas en las kw/h son más caros. Con las nuevas facturas de la luz se podrán realizar hasta dos cambios de potencia gratuitos, siempre y cuando se realicen antes de mayo de 2022.

Vigila el stand-by

El término stand-by hace referencia cuando pensamos que hemos apagado un dispositivo, pero en realidad no lo hemos realizado del todo como puede ser en la televisión. Según los cálculos de Kelisto, el stand-by puede suponer un 10% del gasto anual en tu factura, por lo que acabar con este hábito puede hacerte ahorrar unos 52 euros al año.

Usar los electrodomésticos de manera eficiente

Según indica el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), lavar la ropa a 40 grados en vez de a 60 puede suponer un ahorro de hasta un 55 % de energía. Además, también podríamos regular la temperatura de los frigoríficos a unos 5ºC y la del congelador, a -18ºC.

Reducir el gasto en calefacción y aire acondicionado

En las estaciones de verano e invierno, la población utiliza estos dos dispositivos para regular la temperatura de los hogares. Debido a ello, la recomendación a la hora de utilizar el aire acondicionado es la temperatura adecuada es entre los 24 y los 26 grados mientras que, a la hora de utilizar la calefacción es no sobrepasar los 21 grados ni estar por debajo de los 19.