La pandemia de covid-19 y sus consecuencias económicas han acentuado las diferentes brechas de género que se registran en el entorno laboral, según el análisis que ha hecho el sindicato Csif con motivo del Día para la Igualdad Salarial, que se conmemora el 22 de febrero. El aumento de las desigualdades va más allá de las retribuciones y alcanza a condiciones de trabajo como la jornada, el tipo de contrato o el empleo a distancia. Sumando todos estos factores, el sindicato calcula que la brecha salarial "ronda ahora en torno al 22,5%, hemos retrocedido a niveles de 2014", según su Secretaria Nacional de Igualdad, Eva Fernández.

En su estudio, la central destaca que frente a la diferencia de retribuciones en 2020 del 20,29% que señalan los datos de la Agencia Tributaria (el salario medio anual era entonces de 22.640 euros para los hombres y 18.047 para las mujeres), la brecha se dispara hasta el 34,6% en el caso de los afectados por erte: 17.577 euros anuales es la retribución media de los hombres insertos en uno de estos mecanismos de reducción o suspensión de jornada, frente a 11.487 en las mujeres, según las cifras de enero de 2022. También subraya el texto que durante toda la pandemia el porcentaje de mujeres en erte ha superado al de varones (ahora los porcentajes están 54%-46%).

Temporalidad y parcialidad

Además, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) recogidos por Csif constatan que las diferencias por género en contratación temporal se han multiplicado por diez: en el último trimestre de 2019 había sólo 27.700 mujeres más que hombres con contratos temporales; en el mismo periodo de 2021, ellas eran 272.500 más: a finales del año pasado, 2.018.000 hombres tenían un contrato temporal, frente a 2.290.500 mujeres.

En parcialidad, las brechas también se ensanchan: las diferencias entre hombres y mujeres contratados a tiempo parcial son ya de más del triple de mujeres con jornada reducida frente a sus compañeros varones (3,1 veces más en 2021, mientras que en 2020 eran 2,9 veces más). Y si se indaga en el motivo de esta parcialidad, se constata que el 94,9% de los casos en los que se aduce como razón el "cuidado de menores, dependientes u obligaciones familiares" son de mujeres (337.300), frente al 5,1% de hombres (17.900).

Administraciones

También en el sector público las brechas entre hombres y mujeres son amplias, aunque la salarial lo es menos que en el sector privado: entre los funcionarios de la Administración General del Estado (AGE) llega al 8,1%, según los datos de 2019 del Ministerio de Política Territorial y Función Pública. Pero la diferencia en la contratación temporal entre hombres y mujeres ha ido a más en 2021 (aumentó un 33,8%), el porcentaje de mujeres en el total de trabajadores a tiempo parcial ha bajado algo, pero sigue en niveles muy elevados (es del 73%, frente al 77% de 2020) y en las reducciones de jornada por cuidado de familia las funcionarias sextuplican a los funcionarios.

Los datos muestran también que las mujeres han sido más proclives a recurrir al teletrabajo: del total de personal de la AGE que se ha acogido a las fórmulas de un 20% de teletrabajo, un 58,24% han sido mujeres, y un 57,32% entre los que han optado por la modalidad totalmente no presencial, algo que en Csif relacionan con el peso creciente de las tareas domésticas que las mujeres han asumido con la pandemia "por la desigualdad en el reparto de roles: el 72% de los encuestados/as [por Csif en el verano de 2021] advierte sobre la falta de corresponsabilidad: las mujeres teletrabajan el doble para atender a menores y dependientes", aclara el texto.

Para corregir esta situación, Csif pide un análisis y evaluación anual de la brecha salarial de género, implantar medidas de conciliación sin pérdida retributiva, crear plazas para escuelas infantiles de 0 a 3 años de carácter público y gratuito, fomentar la corresponsabilidad en las tareas domésticas mediante campañas de sensibilización y la creación de la figura del delegado sindical especializado en igualdad y violencia de género en cada centro de trabajo.