La guerra lanzada por Vladimir Putin contra Ucrania tendrá consecuencias económicas significativas en la Unión Europea. Todavía no hay cifras ni estimaciones. No llegarán hasta mediados de mayo, cuando Bruselas presente sus previsiones económicas de primavera, pero tanto la Comisión Europea como el Eurogrupo han alertado de que la invasión ha añadido un elemento más de “incertidumbre”, que añade un riesgo más a los problemas actuales de la cadena de suministro, el aumento de los precios de la energía y la inflación que permanecerá elevada más tiempo del previsto. 

“El impacto no será insignificante. Habrá un impacto pero estoy convencido de que si reaccionamos de forma enérgica y unidos podremos amortiguar el impacto de la guerra sobre nuestras economías y evitar un descarrilamiento total de la recuperación”, ha valorado el comisario de asuntos económicos, Paolo Gentiloni, pidiendo reaccionar tan rápido como con la crisis del covid. “Está claro que va a tener consecuencias económicas para la UE y tenemos que mitigarlas pero es el precio a pagar para defender la democracia y la paz”, ha añadido el vicepresidente de la Comisión, Valdis Domvrovskis.

La respuesta del Eurogrupo a esta incertidumbre es mantener “políticas fiscales ágiles y flexibles” y ajustarlas si la situación lo requiere. “Tienen que seguir siendo ágiles y flexibles y estamos dispuestos a ajustarlas a las circunstancias cambiantes según sea necesario”, aseguran los ministros de la zona euro en una declaración sobre las orientaciones fiscales para 2023 en la que se comprometen a estudiar “urgentemente” las opciones que la Comisión Europea presentará “para hacer frente al impacto del aumento de los precios de la energía" en ciudadanos y empresas, y particularmente en los más vulnerables y en las Pymes.

Fundamentos sólidos

Pese a los riesgos por la guerra de Ucrania, los países de la Eurozona también sostienen que los fundamentos de la economía “son sólidos”, que las medidas de apoyo han estado bien calibradas, que las políticas monetaria y presupuestaria han facilitado la rápida recuperación y que todos los países de la zona euro habrán recuperado su nivel de PIB previo a la crisis para finales de año. Por ello, consideran que ha llegado la hora de pasar de una posición fiscal expansiva a una neutra en 2023, aunque con estrategias presupuestarias diferenciadas. 

Por ejemplo, y con vistas a preservar la sostenibilidad de la deuda, los países con una deuda pública elevada -como es el caso de Italia, España o Grecia- tendrán que iniciar el próximo año “un ajuste fiscal gradual para reducir el endeudamiento, si las condiciones lo permiten”, señala el Eurogrupo sobre un ajuste que deberá integrarse en una estrategia creíble a medio plazo que continúe promoviendo la inversión y las reformas necesarias para hacer realidad la doble transición y mejore la composición de las finanzas públicas. Por el contrario, los países con niveles de deuda bajos y medios deben dar prioridad a la expansión de la inversión pública cuando sea necesario.

Impacto en España

Todo dependerá de cómo evolucione la guerra y del impacto final en la evolución económica de la Eurozona. Aunque también considera prematuro hacer estimaciones, la vicepresidenta primera y ministra de economía Nadia Calviño ha destacado que España es uno de los menos expuestos y será “uno de los países para los que se prevé un menor impacto económico”. Aún así, también ha alertado del impacto en términos de alza de precios de la energía, materias primas y disrupción en las cadenas de suministro importantes para el sector agroalimentario y ha vuelto a pedir el desacople de los precios del gas de la electricidad