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Mundo rural

El "rescate" a una ganadería asfixiada: “Las ayudas son un parche, no la solución”

Los productores de leche, obligados a matar animales para aminorar gasto de pienso y hacer ”caja”, aseguran que solo recuperarán rentabilidad cuando se cumpla la Ley de Cadena Alimentaria

El ganadero Jorge Hernández en su granja de vacas.

Jorge Hernández cría unas noventa vacas de leche en su granja de Monfarracinos (Zamora). Es uno de los beneficiarios de las ayudas directas aprobadas por el Gobierno, que le reportarán alrededor 16.000 euros.

Una cantidad nada desdeñable si no fuera porque Jorge, como los 98 ganaderos de vacuno de leche de Zamora, lleva desde 2021 perdiendo dinero. “Alrededor de 3.000 euros al mes” valora el responsable regional de vacuno de COAG.

La escalada de las materias primas –pienso, electricidad, fertilizantes, carburantes...– no ha tenido repercusión en el precio de la leche. Y así la cuentas no salen. A la sofocante situación que arrastran los ganaderos de vacuno lácteo desde hace más de un año se sumó hace un mes la guerra de Ucrania para acabar de poner patas arriba a un sector literalmente asfixiado.

En semejantes condiciones, con los 16.000 euros Jorge no va a tener ni para pagar un mes de pienso. Acaba de recibir la notificación de su proveedor comunicando una nueva subida. “Nos enfrentamos a uno de los peores momentos que se recuerdan del sector... Ante una situación tan excepcional, nos vemos obligados a tomar algunas decisiones muy difíciles pero necesarias” le escribe el director general de la empresa. “Con la subida que me aplica pagaré 18.500 euros de pienso cada mes”.

Esta es la razón por la que Jorge, y como él el resto de ganaderos y las organizaciones agrarias, califica las ayudas directas del gobierno como “un parche”. Una “inyección rápida y urgente” que da un pequeño respiro pero, ni mucho menos, soluciona el grave problema de falta de rentabilidad.

“Mientras la Ley de la Cadena Alimentaria no funcione esto no tiene arreglo” resume Jorge Hernández. Lo que se recibió como una conquista histórica de agricultores y ganaderos, en la medida que garantizaría precios justos para sus productos, a día de hoy no es más que papel mojado. “El futuro del sector pasa por que cada eslabón de la cadena tenga reconocido su precio” argumenta el ganadero.

Hay que matar vacas, en estas condiciones quién se atreve a cebar

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Mientras tanto el sector se encuentra en una situación tan límite que se ven obligados a matar vacas, primero para aminorar el gasto de pienso –“en estas condiciones a ver quién se atreve a cebar”–, y en segundo lugar como un alivio económico ahora que la carne tiene un precio “nunca visto” por el aumento de la demanda.

La prioridad de las ayudas directas para los productores de leche (vacuno, ovino y caprino) es un reconocimiento claro de que es el sector más afectado por el incremento de costes. El paquete de ayudas se cifra en 124 millones de euros para los productores de leche de vaca (210 euros por vaca hasta un máximo de 40 animales por beneficiario, 145 euros por animal entre 41 y 180 cabezas; y 80 euros por más de 180 vacas); 32,3 millones de euros para los productores de leche de oveja (15 euros por animal); y 12,7 millones de euros para los de leche de cabra (10 euros por cabeza).

“Son parches” opina Antonio Medina, responsable de Asaja Zamora. “Los ganaderos lo que quieren son precios justos, pero la industria no está por firmar. Se niegan a cumplir la Ley de la Cadena Alimentaria y ahora empezamos a escuchar de responsables del Ministerio que es difícil de aplicar porque tienen que implicarse las comunidades autónomas”.

Meses después de la aprobación de la nueva Ley de Cadena, las organizaciones agrarias no ocultan su decepción con los nulos resultados de una herramienta, que pone a los pies de los caballos a los ganaderos de leche.

“Las ayudas son positivas para un sector que está agonizando, es un respiro para el ganadero pero insuficiente. La solución pasa por el cumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria” advierte el responsable provincial y regional de COAG, Lorenzo Rivera. “El problema es que las industrias siguen sin cumplir, amenazando con bajar los precios. Los gastos se cargan a las espaldas de los de siempre”.

Desde UPA, su responsable provincial y autonómico Aurelio González, valora la partida de ayudas directas como “insuficiente”. “El sector lácteo es el más comprometido y hay que priorizar, pero esto no soluciona la crisis que vienen arrastrando con los precios de la leche por debajo de coste”.

González incide también en el necesario cumplimiento de la Ley de Cadena. “La Junta de Castilla y León se tiene que mojar haciendo públicos los costes oficiales de cada eslabón de la cadena para tener una referencia fiable y que los contratos entre las industrias y los ganaderos se firmen en base a esos costes. Mientras no se garantice un precio rentable no va a haber una solución efectiva para los ganaderos de leche”.

Es necesario un apoyo específico a los regantes por sondeo, ahora mismo es inviable

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Más allá de las ayudas directas ya aprobadas, el Ministerio quiere consensuar con las organizaciones agrarias, cooperativas y comunidades autónomas el destino de los fondos a los sectores más vulnerables dentro del plan de choque para hacer frente a las consecuencias de la guerra en Ucrania.

Al margen del auxilio al vacuno, ovino y caprino de leche, las organizaciones agrarias advierten que no se puede obviar a otros sectores también apuntillados por la insoportable escalada del precio de las materias primas. Es el caso de otras ganaderías como cunicultura o las granjas avícolas y porcinas muy dependientes de la electricidad y los piensos.

Otro de los caballos de batalla será el riego de cultivos, claramente comprometido por el desmesurado incremento del coste de la electricidad. “Es necesario un apoyo específico porque mucha gente, en las condiciones actuales, no va a regar” advierten.

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