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Energía

Asturias necesitará importar electricidad dentro de cuatro años tras décadas de autosuficiencia

Transición Ecológica prevé que el despliegue de renovables en la región no compense el cierre de centrales de carbón, por lo que se deberá importar luz para la industria

La autosuficiencia energética de Asturias se apaga. En el plazo de cuatro años, el Principado pasará a depender de otras regiones para abastecerse de electricidad y mantener en funcionamiento su potente industria intensiva en consumo energético. El rápido cierre de las centrales de carbón no está siendo compensado por la puesta en marcha de nuevas instalaciones de generación renovable y, en 2026, Asturias pasará a ser una región importadora de energía.

El Gobierno del Principado aspira a mantener la autosuficiencia energética de la región porque, como ha repetido en varias ocasiones el consejero de Industria, Enrique Fernández, la gran industria asturiana requiere de una garantía de suministro de calidad. Sin embargo, el Ministerio para la Transición Ecológica y Red Eléctrica de España, el operador del sistema eléctrico, dan por hecho que en cuatro años Asturias pasará a depender de otras regiones para su abastecimiento.

En el plan de desarrollo de la red de transporte de energía eléctrica 2021-2026 que acaba de aprobar el Gobierno de España y que ejecutará Red Eléctrica de España (REE) se analizaron las nuevas necesidades de la red en función de un escenario a 2026 en el que se producirán notables cambios. “La sustitución de la energía generada por las instalaciones de carbón y ciclo combinado por la proporcionada por las instalaciones de generación renovable provocará no solo un cambio de tecnología sino también en la ubicación de los principales puntos en los que se inyecta la generación”, señala el plan elaborado por Transición Energética y REE, que añade que aparecerán nuevos flujos de transporte de energía desde las grandes cuencas de renovables (solar y eólica principalmente) hacia las zonas de concentración del consumo eléctrico. Los tradicionales flujos Norte-Sur y Oeste-Este, serán sustituidos por flujos Sur-Norte y Este-Oeste. “Así se identifican zonas de la red cuyo balance de generación-demanda se modifica significativamente pasando a ser mas importadoras como Asturias, País Vasco o Cataluña mientras otras pasan a constituirse como netamente exportadoras como Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha o Extremadura”, apunta el plan del Ministerio y REE.

Esa pérdida de autonomía energética preocupa a los empresarios asturianos. “Urge corregir el gap (brecha) provocado por el cierre excesivamente precipitado de las centrales térmicas de carbón y las dificultades para el desarrollo de nuevas energías en Asturias”, señaló este martes Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, que calificó de “interminables” los trámites administrativos para poner en marcha nuevas instalaciones de generación renovable.

En las últimas décadas, el balance de generación-demanda eléctrica siempre ha sido positivo en Asturias, aunque en los últimos años las exportaciones han ido cayendo. En 2021 se generaron en Asturias 11.251 gigavatios hora de electricidad y en la región se consumieron 9.284, lo que dejó un saldo positivo de 1.967 gigavatios hora que se exportaron. Sin embargo, más del 38% de esa generación se obtuvo en centrales térmicas de carbón que tienen fecha de caducidad.

Según datos de Red Eléctrica de España, Asturias fue, con creces, la región que perdió mayor capacidad de generación eléctrica en 2021. La caída fue de un 15,8%, casi cuatro veces más que la segunda región que más potencia instalada perdió, que fue Andalucía con un 4,3%. El resto de regiones –salvo Cataluña y Madrid que perdieron un insignificante 0,1% de capacidad– la aumentaron con el despliegue de renovables.

Asturias cerró el pasado año con una potencia instada de 3.800 megavatios frente a los 4.510 que tenía en 2020. La caída se debió a la baja definitiva 850 megavatios de carbón (correspondientes a las centrales térmicas de Lada en Langreo, propiedad de Iberdrola, y Narcea en Tineo, de Naturgy) y a la entrada únicamente de 139 megavatios de energías renovables, todos ellos eólicos y puestos en marcha por Iberdrola en el occidente de la región.

Otras regiones que sufrieron el cierre de centrales de carbón, como el caso de Andalucía, que perdió 1.119 megavatios con la clausura de las centrales de Puente Nuevo (Córdoba) y Litoral (Almería), lograron compensar buena parte de esas bajas con nuevos megavatios de eólica y, sobre todo, de solar fotovoltaica.

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