La interrupción total de las importaciones de materias primas energéticas procedentes de Rusia tendría "un impacto significativo" sobre la economía española en el primer año, en el que podría restar hasta 1,4 puntos al crecimiento económico y añadir 1,2 puntos a la inflación. Así lo estima el Banco de España en un estudio titulado 'Consecuencias económicas de un hipotético cierre comercial entre Rusia y la Unión Europea', publicado ese martes, unas horas después del acuerdo alcanzado en la UE-27 para un embargo parcial y progresivo del petróleo y el gas ruso que pretende llegar al 90% de las compras a finales de 2022.

"Un hipotético corte de suministro supondría una notable reducción de la oferta energética disponible y un significativo aumento de los costes de producción", resume el Banco de España para introducir los efectos sobre el crecimiento y sobre la inflación de un embargo energético a Rusia.

En el escenario central, el Banco de España estima que el embargo energético total a Rusia restaría 1,1 puntos al PIB español y añadiría 0,9 puntos a la inflación; estas estimaciones, dentro de una horquilla de entre 0,8 y 1,4 puntos de merma del PIB y de entre 0,8 y 1,2 puntos adicionales de inflación en el primer año después de la interrupción de las importaciones. La mayor o menor gravedad del impacto estaría en función de la capacidad de las economías europeas de sustituir las fuentes energéticas rusas en el menor plazo posible.

Ruptura comercial total

En el caso de una ruptura comercial completa con Rusia -más allá de los productos energéticos- el efecto sobre la economía española se podría traducir en una menor crecimiento del PIB de 1,8 puntos (es decir, una caída adicional de 0,7 puntos respecto del escenario central estimado para el supuesto del embargo energético). En cuanto a la inflación, el impacto total sería de 1,4 puntos (un efecto adicional de 0,5 puntos con respecto al escenario inicial, de 0,9 puntos de mayor inflación en el primer año).

El análisis asume que España no sería el país europeo más perjudicado por la interrupción de la relación energética con Rusia, dada su menor dependencia respecto de los productos rusos. En todo caso, se habla de un impacto "significativo" que se filtrará en la economía española, no solo por los efectos directos, sino por los efectos indirectos derivados de perjuicio mayor que sí sufrirán grandes socios comerciales de España -como Alemania, Francia o Italia-, que llegarían a España a través de las cadenas globales de producción, en forma de encarecimiento de las importaciones, de falta de suministros o de mermas en las exportaciones españolas hacia esos países.

En el caso de las economías europeas, el impacto del embargo energético se situaría entre 1,9 y 3,4 puntos de menor crecimiento para Alemania; entre 1,2 y 2 puntos, para Francia y entre 2,3 y 3,9 puntos, para Italia.

Sectores

En general, los sectores más afectados serían aquellos más intensivos en uso de energía, como son el transporte, la industria de metales básico o la industria química, mientras que el efecto sería más limitado para los sectores de servicios.

En particular, entre los sectores españoles, el mayor impacto se concentraría en los sectores de transporte marítimo, terrestre y aéreo, así como en los de pesca, metales básico, industria química o equipos electrónicos. En el extremo opuesto, los sectores inmobiliario, de educación o servicios financiero.

Además, se prevé que se puedan propagar en España efectos sectoriales provenientes de otros países. Algunos sectores de la economía española como la fabricación de vehículos o la producción farmacéutica, tienen un alto nivel de dependencia de sus clientes y proveedores situados en otros países de la UE. Así, estos sectores se verían expuestos de manera indirecta a las limitaciones de producción en el resto de los países debidas a las restricciones energéticas.