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Sector pesquero

Nueva Pescanova es la última, pero no la única: la pesca gallega se rearma en origen

Las principales firmas del sector crecen con la compra de plantas y flota para ganar volumen y rentabilidad, un modelo al que se suma ahora la compañía de Chapela con Pesquera Veraz

Fachada de Galiciamar, en Bouzas, renovadas tras la compra por parte de Interatlantic. / MARTA G. BREA

Las pesqueras gallegas han dado un salto en los últimos años con crecimientos tanto en ventas como en activos, sobre todo en el exterior, con Argentina o Namibia como referencias. La evolución positiva de la facturación de los principales actores de la industria ha hecho que todas las grandes compañías hayan ido apostando por rearmarse en origen, especialmente a través de compras de otras firmas (crecimiento inorgánico) con la idea de ganar volúmenes, tamaño y rentabilidad. Una ola a la que se acaba de sumar una referencia como es Nueva Pescanova, que llevaba una década perdiendo tamaño y deshaciéndose de filiales desde que comenzó el concurso. La adquisición de Pesquera Veraz, adelantada por FARO DE VIGO, diario que pertenece al mismo grupo que este medio, supondrá ganar tres plantas de producción en suelo argentino y sumar nueve buques más en el país, reforzando así la captura de merluza y aumentando presencia en el lucrativo negocio de la pesca y elaboración de langostino (pese al bache de precios que atraviesa ahora la especie). La industria, que batió récords de ventas con 4.500 millones el pasado año, sigue exhibiendo músculo.

El crecimiento en origen es algo que han hecho todas las grandes del sector, prácticamente sin excepción, salvo por Nueva Pescanova. Ya desde la recta final del mandato de Manuel Fernández de Sousa la empresa con sede en Chapela estaba yendo al contrario que el resto y, con el concurso, se fue deshaciendo de filiales bien por decisión propia o por quiebra, hasta llegar a una docena además de otras entidades menores.

Claves

Pescanova vuelve a ganar músculo

La adquisición de Pesquera Veraz en Argentina hará que Nueva Pescanova deje atrás la pérdida de tamaño (con la venta o quiebra de filiales) y crezca de forma inorgánica. Sumará 9 buques y tres plantas.

La pesquera se suma a la corriente

Tras una década perdiendo músculo, la pesquera con base en Chapela se suma a la corriente del resto de grandes pesqueras para crecer en origen a través de compras de flota y plantas.

Con la incorporación de Pesquera Veraz, la firma presidida por José María Benavent se suma a las otras firmas de referencia del sector. De hecho, muchas de ellas apostaron por crecer precisamente en Argentina. Iberconsa, por ejemplo, es una de las que más. Primero de la mano de Portobello y, después, con el private equity Platinum, la empresa dirigida por Alberto Freire ganó tanto capacidad extractiva como industrial, llegando a colocarse como la empresa con más buques en el país sudamericano (las tres últimas unidades, construidas por Armón). Aunque no solo creció allí, también lo hizo en Namibia (otro de los bastiones pesqueros de Galicia en el exterior), Sudáfrica, España o Mauritania, con una fuerte apuesta por el pulpo.

También en Argentina crecieron otras empresas del sector, como Videmar (con la compra de Greciamar y de al menos dos barcos pesqueros) o Profand. La firma que pilota Enrique García Chillón, que acaba de dar entrada a la familia March a su accionariado, es otro de los ejemplos de esta estrategia de crecimiento tras sumar más músculo no solo industrial y extractivo, sino comercial (en Estados Unidos, con la firma Stavis Seafoods). La compañía, que el año pasado facturó más de 800 millones de euros, se hizo en Grecia la firma Kefalonia Fisheries (referencia para Europa en dorada y lubina), compró a Mercadona la firma Caladero (Profand Zaragoza) y, este mismo año, inauguró la nueva factoría de Cambre (antiguas instalaciones de la desaparecida Isidro 1952).

Pereira o Pescapuerta también siguen este planteamiento. En el primer caso, la firma que dirige José Enrique Pereira acaba de vender su atunero Pont Saint Louis (solo tenía uno), pero está creciendo en origen en países clave como Mauritania, Namibia y Sudáfrica, además de en Malvinas con el Argos Cíes, construido por Nodosa. En el mismo astillero encargó Pescapuerta el Falcon, el arrastrero congelador más moderno del caladero (por el momento). Y si bien en su caso no crecen de forma inorgánica, ya tienen tres barcos en el caladero mauritano, donde antes no estaban presentes.

También en África y Argentina creció otra de las históricas firmas gallegas, Vieirasa, pese a seguir pagando las cuotas por los concursos de acreedores que afectaron a su matriz y a la filial en el país sudamericano. La empresa que lidera Eduardo Vieira se hizo con el arrastrero Releixo y lo envió a faenar en aguas de Guinea-Bissau, además de recuperar el potero Vieirasa XVIII, barco que estaba siendo charteado por otra firma local.

Otros recién llegados al sector se apuntaron a la tendencia. Es el caso de Wofco, que está experimentando un crecimiento fulgurante. La firma con factoría en Teis aprovecha las relaciones comerciales de sus socios para crecer de forma orgánica con nuevos mercados. Ya tienen tres barcos y, como publicó este medio, tendrán también una fábrica de langostino en Paraguay, invirtiendo 10 millones euros.

La trader Interatlantic, que nació y creció como tal, se hizo por su parte con Galiciamar, planta situada en Bouzas reformada recientemente. Mientras, Congelados Maravilla, cerró este mismo año su primera operación inorgánica fuera de España, con la compra de Hansen Seafood, una firma instalada en el puerto de Banjul, en Gambia, especializada en cefalópodos y marisco.

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