Un perrito caliente en la céntrica calle neoyorquina de Times Square cuesta 2 dólares. Puede que se pague el mismo importe desde hace 10 años, pero para un español o un europeo no. En el año 2008, el clásico plato americano suponía para un europeo casi 1,25 euros y ahora 2 euros a pesar de que el comerciante no ha variado su precio. ¿Qué ha ocurrido? A pesar de que la economía europea aún no está en recesión, sí lo está su moneda. El euro está viviendo una de sus peores situaciones de los últimos años con respecto al dólar. Esto quiere decir que el dólar ha ganado valor y capacidad frente al euro.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? El 1 de enero del 2002 Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal adoptaron el euro como divisa común. A pesar de que en el momento de su puesta en marcha tenía menos valor que la moneda norteamericana, el fuerte crecimiento de Europa durante la primera década del siglo XXI duplicó su valor. En el mejor momento del Viejo Continente, con dos euros tenías más de tres dólares pero después del estallido de la burbuja inmobiliaria nada volvió a ser lo mismo. La economía de EEUU se recuperó mucho mejor de la crisis bancaria, frente a la europea, que necesitó rescatar a varios países como Italia, Grecia o Portugal, además del sistema financiero español. Esto permitió al dólar recuperar parte del terreno perdido frente al euro.

En la economía doméstica, la pérdida de valor del euro tiene una gran influencia, sobre todo en un país como España que importa 17.089 millones de euros en productos estadounidenses. En 2021, nuestro país importó de Estados Unidos energía por valor de 5.000 millones de euros. Si en 2022 se comprase la misma cantidad que en el pasado, la cuantía ascendería por encima de los 5.500 millones, solo teniendo en cuenta la revalorización de la divisa estadounidense. Entre enero y agosto, el dólar se ha revalorizado contra el euro entre un 10%-11% en lo que va de año.

A esto hay que sumar que España ha acelerado la compra de gas a Estados Unidos debido a la invasión rusa de Ucrania. Según un informe elaborado por Enegás en abril, las compras crecieron cerca de un 500%, lo que le convierte en el primer proveedor gasista de España y suministrador de más del 43% de todas las importaciones de este combustible fósil.

Según economistas consultados por El Periódico de España, esta situación no parece que pueda corregirse en el corto plazo y abren la posibilidad de que la actual paridad entre ambas monedas se convierta en una diferencia que lleve al euro hasta niveles de su entrada en vigor, en 2002.

Estas mismas fuentes apuntan que sería algo terrible para la economía española y que generaría más inflación. A grandes rasgos, la debilidad del euro tiene que ver con la lenta reacción del Banco Central Europeo a la inflación que acecha a Europa. En su lugar, la Reserva Federal de los Estados Unidos ha eliminado los estímulos económicos que mantenía tras la pandemia y ha subido los tipos de interés. Por su parte, el BCE ha retrasado estas medidas mucho más. Por poner en contexto, los tipos se sitúan en el 0,5% en Europa, en el 2,25% en Estados Unidos y en el 1,75% en Reino Unido.

Sector inmobiliario

El inmobiliario es uno de los sectores que más se ve influido por este factor. ¿Por qué? La mayoría de los grandes fondos que invierten en nuestro país son de procedencia norteamericana o canadiense, junto con ingleses y alemanes. El ladrillo español mueve más de 10.000 millones de euros al año en inversiones. Una gestora, como por ejemplo Blackstone o Brookfield, que cuenta con sus fondos en dólares e invierte en euros en España, obtiene una rentabilidad de sus inversiones a la que hay que sumar aquella que obtenga de la divisa.

Mikel Echavarren, consejero delegado en España de la consultora internacional Colliers, apunta a otro aspecto: “Este factor llega mientras en Hispanoamérica hay una oleada de gobiernos populistas, que está abocando una salida de capitales para invertir en Estados Unidos y Europa. Estos un impacto positivo para la compra individual de viviendas de lujo por parte de economías dolarizadas. Las familias ricas podrán comprarse un piso en Madrid o en la Costa del Sol con menos dólares que hace unos meses. A medida que el dólar esté más fuerte acelerará la presencia de chilenos, colombianos, peruanos y aún más mexicanos en España”.

Regresando al mercado de inversión de los grandes fondos, el director del departamento de Capital Markets de la consultora Cushman & Wakefield, Reno Cardiff, cree que la débil situación del euro puede atraer más inversiones. Generalmente, los fondos van por ubicaciones, es decir, destinan un porcentaje determinado de todo el capital a invertir en cada país. “Si esto se convierte en un crecimiento sostenido, un dólar más fuerte atraerá más fondos que quieran estar aquí”, explica. También señala que “el valor del dólar ayuda y empuja alguna operación en marcha, pero no implica que vayamos a ver una ola de inversores entrando como consecuencia, en el corto y medio plazo”.

Echavarren está de acuerdo y añade que “a pesar de los fondos tengan una mayor capacidad de compra, esto no debería llevarlos a comprar activos caros”. Sin embargo, sí añade que hay que esperar a ver como impacta, pero que sin duda será una buena noticia para el mercado inmobiliario español.