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IPC

Mitos y verdades de la mayor inflación en cuatro décadas

El Gobierno sostiene que la guerra en Ucrania es la principal causa del actual encarecimiento de los precios | Antes de la invasión rusa ya se había iniciado un proceso de carestía vinculado a la recuperación económica posterior a la pandemia

Un pasajero reposta en una gasolinera de Madrid. EP

La inflación se nota. El gasto anual de las familias en el carro de la compra es 830 euros mayor que hace un año, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), y la prolongación de la escalada de precios ya está repercutiendo en los hogares, como advierte la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Por primera vez en 11 años, el Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés para contener la inflación, mientras acecha el peligro de una nueva recesión y la guerra en Ucrania se prolonga.

“La inflación, los precios de la energía son única responsabilidad de Putin y de su guerra ilegal en Ucrania”. Estas fueron las palabras que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pronunció en el Congreso el 9 de marzo, trece días después del comienzo de la invasión rusa. Sin embargo, más de tres meses antes del estallido de la guerra, en octubre de 2021, la inflación ya se situaba por encima de los niveles más altos en 29 años con un 5,4%. 

Eso sí, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se disparó todavía más tras el primer mes de la invasión: del 7,6% de febrero se pasó al 9,8% en marzo. Y en junio, con un 10,2%, España alcanzaba el peor dato de inflación en 37 años. Ese mes también se convertía en el primero en superar la barrera de los dos dígitos desde abril de 1985. 

La guerra influye, pero también la pandemia

“De manera muy sintética, hay dos grandes causas”, explica Ernest Pons, doctor en Ciencias Económicas y Empresariales y profesor de la Universitat de Barcelona (UB). En primer lugar, Pons apunta a “un shock de demanda”, ya que “a lo largo de 2021 se inició un proceso de incremento de precios, relacionado con el proceso de recuperación de la actividad habitual después de las restricciones derivadas de la pandemia”. Montserrat Guillen, catedrática de Métodos Cuantitativos en Economía de la UB, coincide con él y señala que “con la reanudación de la actividad ya se esperaba un rebote”.

La segunda causa es “el impacto del conflicto armado en Ucrania”, añade Pons. La guerra ha contribuido al aumento de los precios porque “no se sabe si habrá problemas de suministro en invierno y, por tanto, se quiere tener los depósitos llenos” y, además, “se prefiere cerrar contratos ahora y no esperar a que la situación pueda empeorar”, según especifica Guillen.

Para el doctor en Economía, “de las dos causas, sin duda la más importante es la segunda”. Pons afirma que “es cierto que antes ya se habían visto tasas de inflación al alza [...], pero eran tasas muy moderadas”. Guillen, por su parte, advierte que “solo una parte es atribuible a la guerra de Ucrania, básicamente el precio de cereales y gas”. 

La rebaja de los carburantes 

En España, entre los productos que más influyen en esta escalada de precios se encuentran los carburantes y la electricidad, junto a los alimentos y las bebidas no alcohólicas, como indican los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)

El coste de la gasolina y el diésel se disparó con el estallido de la guerra y, aunque en las últimas semanas ha descendido, todavía se encuentra en niveles superiores a los anteriores al inicio de la invasión rusa. En respuesta, el Gobierno aprobó la bonificación de 20 céntimos por litro en el precio del combustible, que finalmente se prorrogará hasta el 31 de diciembre. 

Ernest Pons mantiene que “esta bonificación ha tenido un impacto inicial claro en el precio que pagan los consumidores”, pero advierte que con este tipo de políticas “siempre existe cierto margen para que las empresas que comercializan el producto puedan aprovechar para subir los precios”. El doctor en Economía señala que así ha sucedido: dependiendo del estudio que se consulte, “se habla de 5 o 7 céntimos”. 

Sin embargo, añade que “nadie ha apuntado a una subida que se acerque a los 20 céntimos”, por lo que “como estas subidas son inferiores a la bonificación, esta sí que se ha notado en el bolsillo de la ciudadanía, aunque con un impacto real menor al ‘teórico’”. Por su parte, un análisis de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) publicado el 7 de julio concluyó que, en términos generales, las gasolineras no han subido el precio para aprovecharse de la ayuda del ejecutivo.

El suministro de gas 

El cambio de posición del Gobierno de Pedro Sánchez respecto al Sáhara Occidental detonó la actual crisis con Argelia, proveedor clave de gas a España, en medio de una crisis energética en toda Europa por la guerra en Ucrania. En principio, Argelia garantiza el suministro, pero episodios como la avería en el gasoducto notificada y resuelta el pasado 24 de julio mantienen las alertas, mientras la Unión Europea se prepara ante el posible cierre total del grifo de gas ruso.

El precio de la luz ha superado récords históricos en los últimos meses y, para contrarrestarlo, el ejecutivo aprobó el llamado “mecanismo ibérico”, vigente desde el 15 de junio, para limitar el precio del gas y rebajar el precio de la luz. Ernest Pons explica que, “a pesar de que aún faltan más estudios” y “el cálculo no es nada sencillo”, los primeros apuntan que la medida ha sido efectiva, como es el caso de un análisis publicado en el portal 'Nada es Gratis' por los catedráticos de la Universidad Complutense Rafael Salas y Miguel Jerez y el doctor en Economía Francisco Álvarez.

España no es una anomalía

En todo caso, hay que tener en cuenta que “los niveles de inflación en España son similares a los países de nuestro alrededor”, lo cual “tiene mucho que ver con el hecho de que las causas son comunes y afectan de forma similar a todos estos países”, según manifiesta Ernest Pons. En el mes de junio, el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), que calcula la inflación de la misma forma en todos los países para poder compararlos, situó a España (10%) próxima a la media de la Unión Europea (9,6%), de acuerdo con los datos de Eurostat.  

¿Hasta cuándo va a durar?

A finales de julio, la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, previó en declaraciones a La hora de La 1 que la inflación se mantendría en niveles elevados durante el verano, pero que empezaría a moderarse en otoño

Pons es más precavido: “Nadie puede saber hasta cuándo durará este período de elevada inflación”. El doctor en Economía explica que “la mayoría de analistas apuntan a que el pico de inflación máxima se producirá este verano, julio o agosto, y que después la tasa de inflación irá reduciéndose” y prevé que “a finales de año la tasa se encuentre entre el 7% y el 8%”.

Sin embargo, aclara que “las previsiones están siempre afectadas por mucha incertidumbre” y “en el contexto actual, de incertidumbre muy elevada (conflicto en Ucrania, subidas de tipos de interés, posibles medidas de política económica…), resultan más inciertas de lo habitual”.

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