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La cosecha citrícola valenciana caerá más de un 8 % en la próxima campaña

Las malas previsiones para la temporada 2022/2023 alimentan las expectativas de una subida de los precios

Un campo de naranjas en Sumacàrcer en una imagen de archivo LEVANTE-EMV

Malas noticias para el sector citrícola. O buenas, según se mire. La cuestión es que el aforo de la cosecha de naranjas, mandarinas y limones para la campaña 2022/2023 en la Comunitat Valenciana se va a reducir respecto a la última temporada, pero, como consecuencia de ello, los precios irán al alza. Por tanto, menos producto y mayor rentabilidad.

El Ministerio de Agricultura tiene previsto publicar esta semana los datos de aforo citrícola de toda España. No obstante, este diario ha podido saber a través de distintas fuentes del sector que el volumen de la próxima cosecha se situará en algo menos de 3 millones de toneladas en la Comunitat Valenciana. Dado que el balance de la campaña 2021/2022 fue de una recolección de 3,26 millones, la temporada ya inminente se cerrará con un descenso superior al 8 %, que en el sector citrícola consideran que es un porcentaje de relieve. De hecho, aseguran que desde la campaña 2005/2006 no se había dado una cosecha tan corta.

La reducción de producción afectará, según las mismas fuentes, a todos los tipos de cítricos, pero serán las naranjas, con una disminución cercana a las 150.000 toneladas respecto de los 1,64 millones del ejercicio precedente, las más damnificadas. Las mandarinas irán a la zaga, con una caída próxima a las 100.000 toneladas en relación a los 1,33 millones de 2021.

Factores

En el sector citrícola atribuyen el descenso en el aforo a dos factores fundamentales. En primer lugar, que el árbol que produce los agrios es vecero. Dicho de otro modo, si un año da muchos frutos al siguiente suele ser menos dadivoso. Pero hay motivos menos circunstanciales, como el paulatino abandono de las tierras de cultivo, singularmente los minifundios, es decir los más pequeños y menos rentables. Esto ha propiciado que otras autonomías como Andalucía o incluso Murcia, que han apostado por los latifundios, le hayan comido terreno a la Comunitat Valenciana. Basta recordar que esta última autonomía representaba en los años ochenta en torno al 75 % de la producción citrícola española y que ahora se encuentra por debajo del 50 %, tal como prueba el hecho de que el aforo previsto para todo el país se moverá entre los 6,3 y los 6,5 millones de toneladas.

Sea como fuere, la buena nueva estriba en que una menor producción inevitablemente producirá un aumento en los precios, que en la pasada campaña concluyeron con descensos en campo del 50 %, según el Consulado de la Lonja de València. A esta previsible evolución también contribuirían las trabas a las importaciones desde Sudáfrica a la UE como consecuencia del tratamiento en frío para evitar plagas. El país africano está desviando parte de su producción hacia el sudeste asiático y ello permitirá, según las citadas fuentes, una descongestión del mercado europeo y una demanda mayor de naranja española.

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