El nuevo Gobierno británico de la ultraconservadora Liz Truss ha anunciado un vuelco radical de la economía del Reino Unido, con el mayor recorte de impuestos en 50 años. Se trata de un plan paulatino durante los próximos cinco años y que se estima que llegará a los 45.000 millones (51.000 millones de euros) para el ejercicio 2026-2027. Los economistas advierten que esa gigantesca apuesta, muy arriesgada y sin garantía de éxito, no funcionará y puede hacer insostenible el endeudamiento del país.

La reforma fiscal irá acompañada de recortes en la regulación. "Es un nuevo planteamiento para una nueva era enfocada en el crecimiento", declaró el ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, al presentar unas medidas que favorecen desproporcionadamente a los más ricos, dejando a un lado la redistribución de la riqueza.

El presupuesto que Kwarteng desveló este viernes en la Cámara de los Comunes supone la reducción del impuesto sobre la renta, incluidos los ingresos más altos. "El tipo básico del impuesto sobre la renta se rebajará un 19% en abril del 2023, un año antes (de lo previsto)", lo que implica un "recorte fiscal para más de 31 millones de personas en apenas unos meses" y "se abolirá la tasa más elevada del 45% en ese impuesto". De acuerdo con Kwarteng "esto simplificará el sistema fiscal y hará que el Reino Unido sea más competitivo", de manera que "incentivará el crecimiento y beneficiará a toda la economía y a todo el país".

El ministro anunció la reducción con efecto inmediato de los tipos impositivos sobre la compra de viviendas en Inglaterra e Irlanda del Norte ('stamp duty') elevando a 286.000 euros el precio a partir del cual se ha de pagar tributo. En el caso de las personas que adquieran una vivienda por primera vez ese umbral se elevará de 340.000 euros hasta ahora, a 485.000 euros.

Endeudamiento peligroso

El nuevo presupuesto implica un incremento a escala estratosférica del endeudamiento del Reino Unido. De acuerdo con la revisión del Tesoro, esa deuda ha pasado de los 161.000 millones de libras en abril a 234.000 millones en septiembre. El Banco de Inglaterra había aumentado la víspera los tipos de interés al 2,25%, el nivel más alto de los últimos 14 años, y advirtió de que el Reino Unido ha entrado ya en recesión.

Kwarteng confirmó asimismo la anulación del incremento del impuesto de sociedades y la limitación de bonos para los banqueros, que actualmente es del 200% del salario anual, poniendo fin así a una norma heredada de la Unión Europea. "Necesitamos que los bancos internacionales creen empleos aquí", señaló "y paguen impuestos aquí en Londres, no en París, Fráncfort o Nueva York". También se anula el incremento del impuesto de sociedades.

El Gobierno también se propone modificar del derecho de huelga de los trabajadores. La nueva legislación requerirá que los sindicatos pongan a votación entre sus miembros las ofertas salariales ofrecidas por la patronal, de manera que sólo se pueda ir a la huelga cuando las negociaciones se hayan roto. Otras nuevas normas reducirán los beneficios sociales de aquellos que no busquen nuevos empleos.