El Congreso debatió este martes una proposición no de ley sobre la posibilidad de aprobar una norma que obligue a subir los salarios en contextos de excepcionalidad inflacionista como el actual, con los precios por encima del 10% desde hace meses.

Antes de continuar, un matiz: las votaciones de una proposición no de ley en el Congreso no sirven para nada. Son iniciativas de alcance político, no legislativo. La aprobación no compromete al Gobierno. El rechazo condena a la propuesta al vacío y el olvido. Una muestra, primeros de abril de este año: el pleno de la Cámara aprobó rotundamente una proposición no de ley contra el cambio de posición sobre el Sahara Occidental; al día siguiente, Pedro Sánchez se vio en Rabat con Mohamed VI para consagrar el cambio de posición.

Ahora bien, los debates de las proposiciones no de ley sí tienen su trascendencia. Los grupos los usan, de hecho, para retratar eventuales contradicciones del adversario y hacer, así, acopio de argumentos cara a debates futuros. Cuando ERC registró una PNL (acrónimo de las Proposiciones No de Ley en la jerga parlamentaria) sobre la posibilidad de subir los salarios por ley, de manera que el auge inflacionista no machaque tanto a las clases trabajadoras, sabía que el éxito era una opción remota. No buscaba que el pleno se la aprobase. Sí buscaba retratar a Unidas Podemos y al PSOE. Son habituales aliados parlamentarios, pero la batalla ideológica entre los tres no cesa.

Y la batalla se ha vivido este martes en el Congreso, en un hemiciclo más vacío que otra cosa. Pero ello no ha apagado el fragor de la contienda (dialéctica).

El contenido

El diputado Joan Baldoví sabe acercar a la calle los debates del Congreso. Este martes comenzó así su intervención de minuto y medio, en la tribuna del hemiciclo de la Cámara: "Hablamos de inflación y hablamos de salarios que se los come la inflación, así que empiezo con un reconocimiento a una tienda de barrio de Benimaclet (un distrito de Valencia), 'Ultramarinos Javi', regentado por Maite y Javi, que han hecho una cesta de 28 productos a 29 euros. Acciones solidarias como ésta me reconcilian con la humanidad y me hacen sentir orgulloso como ciudadano".

Sus señorías llevan días enfrascados en debates sobre los precios, sobre cómo su subida implacable horada los bolsillos y sobre qué hacer para que a la gente que menos tiene no le afecte tanto. Hace una semana se sumergieron en una hipótesis lanzada por Yolanda Díaz, la de la cesta de alimentos con precios limitados, y desde entonces los acentos y los énfasis han ido variando. También las soluciones, claro.

Más allá de la puja por bajar impuestos que libran el PSOE y el PP, y el Gobierno y las comunidades autónomas (del PSOE y del PP), lo que han discutido los grupos políticos este martes ha girado alrededor de una opción interesante: aprobar una ley que obligue a subir los salarios para que resista el poder adquisitivo de los trabajadores/as del país. Ya se sabe qué pasa cuando la gente pierde renta: que consume menos, o que no consume, y entonces la salud de las empresas se debilita.

ERC ha planteado la discusión mediante una proposición no de ley con la que ha pedido al Gobierno tres cosas: 1. Que a partir del 1 de enero de 2023 una ley revalorice los salarios de quienes cobren por debajo del SMI (1.000 euros) en porcentaje "equivalente a la variación interanual del IPC de su comunidad autónoma". 2. Incluir en el proyecto de nuevos Presupuestos un fondo destinado a cubrir las subidas de las nóminas de los empleados públicos, también según la variación anual del IPC autonómico. Y 3. Incrementar el IPREM (el índice de referencia para la asignación de ayudas en función de los ingresos), que es el que incumbe a los sectores sociales más desfavorecidos.

Un apunte: durante la exposición de la proposición, en el hemiciclo, Esquerra ha remarcado que su intención era que subieran por ley todos los salarios, los de los trabajadores públicos y los de la esfera privada.

Las formas

Jordi Salvador, el mismo diputado que el lunes rebajó la euforia de Yolanda Díaz por el crecimiento de contratos indefinidos, ya que también han crecido a tiempo parcial y en la modalidad fijo-discontinuo, ha asumido la defensa de la iniciativa. No ha ahorrado en contundencia. Ha sido severo. "Esta propuesta es un grito de alerta", ha proclamado antes de urgir a la clase política a dar una respuesta a la pobreza. Este mismo martes se ha conocido que los precios de la llamada cesta básica del supermercado (alimentación, higiene, fundamentalmente) han experimentado la mayor subida de los últimos 34 años.

Según ha recalcado, "si el salario no se mueve y está todo cada vez más caro, el salario lo están bajando", por lo que se requieren ya "medidas expeditivas". Un aumento por ley sería una solución viable que, además, no necesita "esperar al permiso de la CEOE". Salvador ha pedido salir del marco del "diálogo social". Lo ha resumido así, modo eslogan: "Menos diálogo, más acción".

Esquerra no ha estado sola. EH Bildu apoya la propuesta. Su diputado Oskar Matute, además de abogar por terminar con "el mantra del diálogo social", ha instado al Gobierno a no arredrarse en la búsqueda de medidas a favor de las clases trabajadoras. La sombra de las elecciones italianas del domingo ha planeado por su intervención. A su juicio, el Estado ha de intervenir en el ámbito salarial, igual que ha intervenido en el mercado energético o en el financiero.

BNG también apoya la proposición no de ley. Néstor Rego, su representante en el Congreso, ha defendido la aprobación de una ley que aumente los salarios. Mejor eso que un pacto de rentas, ha subrayado. Y Compromís, la formación de Baldoví, se unirá al apoyo. Se unirá cuando toque votar el jueves que viene. No valdrá de nada, como se ha comentado aquí, pero el diputado por Valencia al menos ha dejado claro que "subir los salarios es la mejor ayuda".

Las diferencias

La mayoría parlamentaria, por afinidad ideológica, la tienen los partidos de izquierdas. Por eso es Pedro Sánchez el presidente del Gobierno.

Ahora bien, se producen esporádicamente en la Cámara una serie de debates que agrietan el bloque mayoritario. Cuando ERC y EH Bildu se unen, suele ocurrir que Unidas Podemos lo pasa mal. Las formaciones independentistas catalana y vasca se han unido para pedir una ley que suba los salarios y los "morados" se han pronunciado en contra. Marisa Saavedra, en representación de la confluencia, ha expresado que la batuta, aquí, la tiene "el diálogo social". El Gobierno no hará nada contra ese marco que reúne a patronal y a sindicatos. Según ha explicado, claro que su formación quiere contener los precios y subir los salarios, pero no mediante leyes.

En línea similar, el PSOE. No hay día que los socialistas no tengan que nadar entre dos aguas. A un lado, la ideología; a otro, el pragmatismo ("visión de Estado", la llaman a veces). María Inmaculada Oria, diputada por Granada, ha salido airosa de la travesía. Ha criticado la iniciativa de ERC porque atenta contra el diálogo social y la negociación colectiva, y a su vez, ha realzado la apuesta social del Gobierno de Sánchez.

La derecha

Tanto PSOE como Unidas Podemos plantearon con una serie de enmiendas modificar la propuesta de ERC. Esquerra se ha negado. Resultado: socialistas y "morados" votarán en contra.

La proposición no de ley, por tanto, contará con los síes de las formaciones ubicadas a la izquierda del Gobierno. Frecuentes aliados, pero no socios permanentes.

Como era de esperar, ni PP, ni Vox, ni Cs, ni PDeCAT, ni PNV ingresarán en el reducido grupo de partidos a favor de que una ley suba los salarios. ¿Quieren que suban? Sí, todos lo han dicho. Lo han dicho Tomás Cabezón, Juanjo Aizcorbe, María Muñoz, Genís Boadella e Íñigo Barandiaran, respectivamente. Pero ninguno quiere que sea por ley. Antes bajada de impuestos o deflactaciones de los primeros tramos del IRPF.

El jueves, cuando haya que votar la proposición, habrá muchos más noes que síes. La propuesta se hundirá en el olvido. Pero, al menos, el Congreso ha hecho un debate más sobre lo que afecta a la gente. Sobre la realidad, dura realidad del momento. Por eso, Baldoví se ha acordado de "Ultramarinos Javi".