La sequía lleva a la producción hidráulica al nivel más bajo desde que hay registros (1990) en España. En octubre se generaron 767 gigavatios-hora de electricidad desde las plantas hidráulicas, por debajo de los 774 gigavatios-hora de octubre de 2017, que tenía el récord hasta ahora. En términos porcentuales, la producción con agua representó el 3,5% de toda la generación eléctrica del mes, también por debajo del 3,6% que supuso durante el mismo mes de hace cinco años.

Estas cifras hacen referencia a los datos de Red Eléctrica y no serán definitivos hasta dentro de un año, por lo que podrían variar, pero anticipan un año de récord a la baja. El ejercicio con menos producción hidráulica hasta la fecha fue 2005, con 18.248 gigavatios-hora, delante de 2017 (18.447 gigavatios-hora) y de 1992 (18.778 gigavatios-hora). Sin embargo, hace 17 años entre enero y octubre se había registrado una producción de 15.138 gigavatios. El acumulado de este año en ese periodo no llega a los 14.000.

El nivel de los pantanos españoles a día 8 de noviembre está al 32,39% de su capacidad total, bastante por debajo de la media de la última década (49,79%), según el portal embalses.net. El motivo de la sequía viene de los bajos niveles de lluvia tanto en invierno como en verano, tras un 2021 que tampoco fue un año especialmente lluvioso. Para hacerse una idea, el embalse más grande de España -y el tercero de Europa- es el de La Serena, en Badajoz, con capacidad para 3.219 hectómetros cúbicos, tiene en la actualidad un 12,99% de agua embalsada.

La baja capacidad de estos emplazamientos podría llevar, incluso, al freno de algunas centrales hidroeléctricas, pues la Ley de Aguas establece un orden claro de prioridades en el uso de este recurso natural: el uso humano, seguido del riego, el industrial y, en último lugar, la producción hidráulica. Y así lo advirtió Endesa la semana pasada en relación a su central de Mequinenza en Aragón, cuyo embalse se encuentra al 22,6% de su capacidad, con 344 hectómetros cúbicos. La compañía tampoco descarta que el parón se extienda a los embalses de Puente de Montaña y Escales, ubicados a caballo entre las provincia de Huesca y Lérida, así como los de Talarn y Gavet, en Cataluña.

Endesa es la segunda del ranking de potencia hidráulica con casi 5.000 megavatios, del total de 17.000 que hay en todo el país. Su generación eléctrica con esta tecnología se redujo casi un 30% hasta septiembre, respecto al año pasado, según los resultados presentados esta semana. La empresa líder es Iberdrola, con 10.700 megavatios instalados, cuya producción se redujo a la mitad en los primeros nueve meses del año. No obstante, según ambas reflejaron en la presentación de resultados, su carácter de compañías integradas (generación y comercialización) con diversidad de tecnologías de generación hacen que apenas lo noten en sus cuentas porque los menores ingresos por una parte se compensan con mayores en otra.

El gas en cabeza

Esta baja generación con agua tiene como consecuencia directa el impulso de la generación con gas, la otra energía de respaldo del sistema eléctrico español, precisamente, en el momento en el que más se quiere reducir el uso de esta materia prima por la guerra de Ucrania. Así, en octubre de este año los ciclos combinados han sido la generación líder, con 6.574 gigavatios-hora, casi un 75% más que durante el mismo periodo del año anterior. En el acumulado de los diez primeros meses del año, también se sitúa líder con 52.771 gigavatios-hora, impulsada también por las exportaciones a Francia (con la mayoría de sus nucleares paradas) y la falta de cogeneración de la industria.

De cara al final de este ejercicio 2022, ciclos combinados, nuclear y eólica se debaten el liderazgo, aunque la generación con gas se anticipa como claro ganador tras haberse duplicado en lo que va de año (roza ya una producción acumulada de 60.000 gigavatios-hora), mientras la producción eólica y nuclear se sitúa en niveles similares a los del año pasado --49.000 y 46.600 gigavatios-hora respectivamente-- y no parece probable que pueda alcanzar al gas en el contexto actual.

Más caro y más emisiones

El uso intensivo de gas en la generación provoca un precio de la electricidad más alto –por el efecto del sistema de fijación de precios marginalista en el que la última tecnología en entrar es la que marca el precio— así como más emisiones a la atmósfera. En octubre, los ciclos combinados produjeron 2,7 millones de toneladas de CO2 equivalente, según Red Eléctrica. En el periodo de los diez primeros meses del año, las emisiones de esta tecnología ascienden a 22,8 millones, frente a las 12,9 millones de toneladas de hace un año o las 11,7 millones de toneladas del mismo periodo de 2017.