Desempleo

Las 4 claves de los datos del paro de noviembre

El mercado laboral pierde 155 cotizantes y el paro baja en 33.000 personas, a las puertas de la Navidad

Un hombre pasa junto a una oficina de empleo.

Un hombre pasa junto a una oficina de empleo.

Gabriel Ubieto

Noviembre suele ser el último de los áridos -en términos de contratación- meses otoñales. El último eslabón de un impase entre el vigoroso verano y el repunte de diciembre para la campaña navideña. Y teniendo en cuenta que históricamente es un mal mes, el de este 2022 -con una guerra en Ucrania y múltiples incertidumbres en el horizonte- ha sido uno de los menos malos. Los datos de empleo revelan una parálisis de las contrataciones y de los despidos, prácticamente sin movimientos en la cifra total de afiliados. 

Los datos dejan trazas agridulces, con una ocupación estancada y un paro que sí deja buenos números, con el segundo mayor descenso en un onceavo mes del año de toda la serie histórica. La reforma laboral sigue mejorando las condiciones de contratación, si bien los efectos 'fin de mes' siguen siendo demoledores y el colectivo de autónomos crece, pero a unos ritmos cada vez más tenues. Estas son las claves de los datos de afiliación publicados este viernes por los ministerios de Trabajo y Seguridad Social.

1. Empleo: Ni se crea ni se destruye

El mes de noviembre ha sido dejado un balance frío, ni se ha creado ni se han destruido empleos. Simbólicamente el mes ha cerrado con 155 ocupados menos, sobre un total de 20,2 millones de trabajadores en activo. Un dato bueno, en términos relativos, ya que lo habitual durante los cinco años anteriores al covid era perder unos 28.909 ocupados en noviembre. Este 2022, pese a la inflación y las perturbaciones derivadas de la guerra de Ucrania, la pérdida de ocupados ha sido prácticamente cero y se ha focalizado casi exclusivamente en la hostelería (-101.752). Con una expectativa de recuperar parte de ellos el mes que viene cuando tenga que dar cenas de empresa, de Navidad o atender otros festejos.

Y esa pérdida de ocupación se ha visto compensada por el comercio -con 24.948 refuerzos por Black Friday, Cyber Monday y demás citas pro consumo-, construcción (+10.887), educación (+27.670) y administración pública (+11.351). Las contrataciones públicas -y el consecuente esfuerzo a nivel de recursos para el erario público- han remado a favor para mantener ese saldo prácticamente neutro en el empleo. 

2. Paro: El segundo mayor descenso de la estadística

La resistencia del mercado de trabajo en términos de afiliación a la Seguridad Social ha facilitado que los datos del paro bajen en noviembre en 33.512 personas, el segundo mejor dato de la serie histórica para un noviembre (con permiso del atípico y todavía pandémico 2021). El desempleo, si bien baja, sigue registrando un total de 2,8 millones de parados, la segunda mayor tasa de toda la Unión Europea (UE).

El paro ha bajado casi en la misma proporción entre hombres y mujeres, aunque lo ha hecho con especial mayor intensidad entre los jóvenes que entre los seniors. En este sentido, el número de desempleados menores de 25 años se sitúa en un total de 207.936 (un 7% del total de parados), la cifra más baja de la serie histórica de un mes de noviembre.

3. La falta de suministros no genera efecto contagio

La guerra en Ucrania y la escasez de semiconductores están distorsionando las cadenas de suministros en algunos sectores de la economía, especialmente los industriales y de la automoción, pero no presentan afectaciones generalizadas en todas las actividades. El número de trabajadores afectados por un ERTE se mantuvo estable sobre los 20.000 empleados, lo que, por un lado, evidencia que existe un colectivo de personas que sigue atascado en sectores que no logran recuperarse del todo, y, por el otro, que el efecto parálisis no se ha contagiado al conjunto de la economía y está muy focalizado.

En su momento de mayor afectación durante la pandemia, los trabajadores suspendidos en erte llegaron a los 3,4 millones de personas.

4. El empleo autónomo pierde fuelle

El empleo autónomo va perdiendo fuelle a medida que avanza el 2022. Las cifras de evolución interanual revelan una desaceleración en la creación de nuevos trabajadores por cuenta propia, más allá del dato concreto de cada mes. En enero el ritmo de crecimiento era del 1,7%, ahora en noviembre está en 0,12%. La alta incertidumbre de cara al 2023 no es el mejor escenario para emprender nuevas actividades económicas y eso se refleja en las estadísticas. Actualmente hay 3,3 millones de afiliados al RETA.

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