Facturas al alza

Energéticas rompen sus contratos fijos de suministro a edificios por la inflación

Aumenta este modus operandi, que los administradores de fincas denuncian, mientras sortean el sobrecoste con reducciones de calefacción | Prevén que crecerá la morosidad

Dos camiones de gasóleo a domicilio repostan en una estación de servicio localizada en Lalín.

Dos camiones de gasóleo a domicilio repostan en una estación de servicio localizada en Lalín.

Jorge Garnelo

La brutal subida de los costes que han sufrido las grandes compañías energéticas ha acabado por recaer drásticamente en las comunidades de vecinos, afectadas por un modus operandi tan demoledor como poco bien visto. Son muchas las suministradoras que han decidido romper los diferentes contratos de precio fijo que mantenían con sus clientes, prefiriendo arriesgarse a una demanda que a seguir aguantando el impacto, mientras numerosas voces del sector ya conciben esta práctica como un “gran problema” que únicamente han podido sortear al reducir la calefacción en un invierno más cálido de lo normal.

“Ese es un problema que hay con todas las grandes energéticas. Contratan contigo unas condiciones, pero… Como cambien las condiciones de mercado, unilateralmente las modifican”, explica Teresa Suárez, secretaria del Colegio Oficial de Administradores de Fincas de Galicia, evidenciando que la rotura de esta clase de contratos expone la vulnerabilidad de las comunidades: “Realmente hacen lo que quieren. No hay ninguna protección. No hay ningún seguimiento por parte del Gobierno para que se cumpla lo estipulado (...) No tienes nadie a quien dirigirte y eso es lo más desesperante (...) Nos centramos más en buscar una solución que en hacer un seguimiento de las reclamaciones”.

Esa solución ha pasado por un auténtico tijeretazo a las horas de calefacción de los hogares gallegos para equilibrar así unas facturas que en ciertos casos han llegado a cuadruplicarse. Como consecuencia, y en vistas a la cuesta de enero que nos espera, se estima que crezca el número de vecinos que no da abasto con tanto gasto: “Hasta ahora ha habido muchos parches, el Gobierno ha bonificado distintas cosas y esto se va a acabar. Si a esto le sumas la inflación y el incremento exagerado de las hipotecas, posiblemente implique que alguien no llegue a pagar una cuota, pero no lo sabemos realmente. ¿Se puede prever que va a haber un incremento de la morosidad? Pues seguramente, si va todo desbocado y sin control, sí. Pero no se notará tampoco a corto plazo”.

“Tenemos la suerte de que las temperaturas están acompañando y hemos reducido casi en un mes el inicio del encendido de la calefacción”, comenta por su parte Juan Manuel Bañobre, administrador y propietario de Fincas Bañobre, desde A Coruña. Tras advertir que existe “un cierto problema de morosidad” por el importante aumento de las facturas, señala que tenían firmados “contratos de precio fijo con las energéticas y hay compañías que los han roto unilateralmente porque no podían soportar los precios que había”. “Entiendo que habrán hecho sus cálculos y les es más fácil exponerse a una demanda judicial que tener que estar soportando ellos los costes”, dice, resaltando que esta situación se traslada a los vecinos y habrá consecuencias. A sus ojos, la morosidad se va a dar “en edificios antiguos, con propietarios de avanzada edad, pensionistas, con recursos limitados y menos facilidad para soportar temperaturas bajas”.

Desde Fincas Santiago, en Vigo, Vicente Rodríguez se mantiene en las mismas y destaca que el impacto de la reducción de la calefacción ha sido duro. “Comunidades que antes la tenían 24 horas, ahora han llegado incluso a reducir el consumo a seis horas, depende todo del nivel adquisitivo de la comunidad y algunas tienen cinco o menos”, subraya, comentando que puede que la morosidad se empiece a apreciar a partir de este mes, ya que es el primero que la calefacción está encendida todos los días. “En cuanto a consumos creemos que puede empezar a haber problemas”, explica, recordando que sería “muy complicado” afrontar los impagos: “En el momento en el que se producen hay que ver con el cliente por qué se producen, y se intenta siempre ir por la vía amistosa”.

Otro ejemplo de la mencionada rotura de contratos que vienen realizando las suministradoras se dio en Pontevedra, donde una administradora de fincas, Seima, advirtió a los vecinos hace poco que “la comunidad se ve en la obligación de ajustar el horario de calefacción a cuatro horas al días” debido a “una modificación unilateral de Iberdrola que se está reclamando”. De igual modo, desde Agromayor Xestión, en Ourense, apuntan que la morosidad podría crecer con el aumento de los tipos de las hipotecas que se espera para 2023. Y desde Avogar, en Lugo, indican que los impagos ya están llegando y a lo largo del año que viene se van a notar “mucho más”. “Sobre todo en comunidades que llevaban mucho tiempo sin reunirse y ejecutar obras por la COVID, y que ahora necesitan hacerlo y aprobarán derramas extraordinarias”.

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