Energía

Ribera niega que el H2Med esté en peligro pese al choque con Francia

La vicepresidenta dice que se buscará que París esté “cómodo” en su defensa del hidrógeno producido con nucleares, pero insiste en “no confundirlo” con el hidrógeno renovable

La vicepresidenta Tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.

La vicepresidenta Tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. / EP

David Page

España busca que el choque con Francia por las diferentes visiones sobre qué tipo de hidrógeno puede considerarse verde en la UE no pase factura al futuro del H2Med, el ‘supercorredor’ transnacional para transportar hidrógeno en Europa pactado entre ambos países junto a Portugal y Alemania.

El Gobierno español asegura que el megaproyecto no está en riesgo pese al encontronazo de los últimos días, busca templar los ánimos, pero mantiene su postura en contra de que se equipare el hidrógeno producido por nucleares y el generado con energías renovables, como defiende París y ha empezado a aceptar la Comisión Europea.

“No creo que esté en peligro. Creo que hay un consenso muy elevado a nivel europeo sobre la importancia de las interconexiones”, ha indicado la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, destacando el compromiso “serio” galo con la futura infraestructura en un encuentro con la prensa en el marco de la Conferencia Internacional de Energías Renovables (SPIREC) que se celebra esta semana en Madrid.

La Comisión Europea propuso la semana pasada que al menos parte del hidrógeno que se produce utilizando energía procedente de centrales nucleares sea considerado con una etiqueta análoga al hidrógeno generado con energías renovables, apoyando así las tesis de Francia, la mayor potencia nuclear de la UE. El Gobierno español rechaza de plano esta postura inicial de Bruselas y la propia Ribera mostró su oposición con contundencia en los últimos días. Tanto que provocó la queja pública de la Embajada de Francia en Madrid, expresada en una tribuna publicada en El Periódico de España y en redes sociales.

La vicepresidenta Ribera ha insistido este lunes en su rechazo a que se equiparen hidrógeno nuclear e hidrógeno verde en la futura clasificación comunitaria, destacando que no deben “confundirse” ambos tipos. Según el criterio del Ejecutivo español, Francia está en su derecho de producir hidrógeno con electricidad de sus reactores nucleares y éste puede combatir tubo con otros tipos de hidrógeno sin problema, pero hidrógeno nuclear no es hidrógeno renovable y no puede disfrutar de sus ventajas regulatorias.

“Es verdad que el debate sobre cómo aseguramos que Francia se pueda sentir cómoda en su opción en favor de la energía nuclear es importante. Todos sentimos que esto es una prioridad para el Gobierno francés y no creo que eso tenga un impacto en la relación bilateral", ha explicado Ribera, informa Europa Press. Pero “es delicado confundir hidrógeno renovable con el 'low carbon' [bajo en emisiones]. Hay que ser cuidadosos con la regulación en este contexto", ha matizado.

Para la producción de hidrógeno como fuente de energía hace falta electricidad. Con ella se produce la electrólisis del agua, que separa el hidrógeno (H2) del oxígeno (O). Se considera “hidrógeno verde” aquel en el que esa electricidad necesaria se ha obtenido de fuentes renovables de energía, como la eólica o la solar. El “hidrógeno rosa” es aquel en el que la electrólisis se hace con energía proveniente de centrales nucleares y, como Francia es una potencia de la energía nuclear, el hidrógeno que produzca utilizará este tipo de energía.

La propuesta de la Comisión Europea sobre la catalogación comunitaria del hidrógeno supone en la práctica equiparar las condiciones de ambos tipos de hidrógeno, tanto el renovable como el elaborado con energías bajas en carbono como la nuclear. Los Veintisiete disponen de un mes para pronunciarse sobre los actos delegados de la Comisión al respecto. El Gobierno español aún no se ha pronunciado formalmente hasta analizar el profundidad los documentos de Bruselas, pero no descarta presentar alegaciones para bloquear la entrada en vigor de la propuesta