Informe

La OCDE alerta del riesgo de una crisis de deuda en el mundo

Los estragos del Covid-19, la invasión de Ucrania y la crisis de inflación están dejando en las finanzas de los principales países del mundo desarrollado amenazan con desatar fuertes tensiones mundiales

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann (segundo por la izquierda), junto a líderes internacionales en la cumbre del G-7 en Hiroshima, el 21 de mayo.

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann (segundo por la izquierda), junto a líderes internacionales en la cumbre del G-7 en Hiroshima, el 21 de mayo. / REUTERS

Rosa María Sánchez

Los estragos que la pandemia del Covid-19, la invasión rusa de Ucrania y la crisis de inflación están dejando en las finanzas de los principales países del mundo desarrollado amenazan con desatar fuertes tensiones mundiales en los próximos años en la deuda pública, en un contexto de rápida subida de los tipos de interés y de retirada de los bancos centrales como principales compradores de los títulos emitidos por los Gobiernos y, ante la expectativa de que los países tendrán que refinanciar la mitad de sus títulos en los tres próximos años.

En su informe sobre 'Perspectivas de endeudamiento soberano de la OCDE 2023' publicado este lunes, la organización de países desarrollados señala que las emisiones brutas y netas aumentarán este año: después de una reducción del 20% de las necesidades de endeudamiento en 2022 respecto a los niveles máximo alcanzados en 2020, por la crisis sanitaria, se prevé que las emisiones brutas crecerán este año el 6% y que las netas lo harán el 4%.

También advierte la OCDE de que casi la mitad de la deuda negociable de la OCDE (unos 23 billones de dólares) vencerán (y deberán refinanciarse) en los tres próximos años. Y alerta de que los costes del endeudamiento casi se han triplicado para los bonos soberanos de la OCDE desde 2021 -por la subida de los tipos de interés- y "parece que aumentarán más aún en el corto plazo". El coste medio de las emisiones ha pasado del 1,4% en 2021 al 3,3% en 2022. El documento subraya que el encarecimiento de los tipos de interés de los bonos a 10 años producido desde 2021, "se encuentra entre los más rápidos en relación con otros períodos recientes de aumentos de rendimiento sostenidos y significativos".

Además, el informe de la OCDE señala el riesgo que supone la retirada de los bancos centrales -como el Banco Central Europeo- del mercado comprador de títulos: "La demanda de bonos por parte de los bancos centrales se ha evaporado en gran medida, dejando al sector privado para absober grandes volúmenes de nuevas emisiones y refinanciaciones" que se avecinan.

Según el secretario general de la OCDE, Mathías Cormann, "el año 2023 marca el final de un largo periodo de condiciones de financiación favorables para los emisores soberanos a medida que se adaptan a las nuevas realidades y a un entorno de mercado en rápida evolución, agravado por los efectos financieros y económicos de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania".

Todo este contexto reúne los ingredientes básicos que alimenta el temor a una posible crisis de deuda en los próximos años, que -señala la OCDE- podría resultar especialmente dañina para los países emergentes, en competencia con el refugio que suponen economías como la de EEUU para el ahorro mundial. "Como resultado, los países enfrentan un riesgo elevado de refinanciamiento y muchos gobiernos gastarán una mayor proporción de sus presupuestos en el servicio de la deuda [pago de intereses] y pueden enfrentar mayores restricciones fiscales en los próximos años", señala el informes presentado este lunes.

Parámetros de la deuda

El peso de la deuda pública en los países de la OCDE subió casi 20 puntos con ocasión de la crisis del covid y alcanzó un máximo equivalente al 90% del PIB en 2020 (en España pasó del 98,2% del PIB en 2019 al 120,4% en 2020), antes de bajar al 83% en 2022, un nivel en el que se prevé que se mantenga de manera relativamente en 2023.

En cifras absolutas la deuda total del área de la OCDE aumentó en 10 billones de dólares entre 2019 y 2021, hasta los 50 billones y se prevé que alcance los 52 billones en 2023 (en España, las cifras absolutas han pasado de 1,223 billones en 2019 a 1,53 billones a finales de marzo de 2023, lo que implica un incremento del 25%).

Por su parte, las tasas de política monetaria promedio de la OCDE han sido objeto de un rápido endurecimiento por las presiones inflacionarias, pasando del 0,8% al 5,3% entre 2021 y 2022. En la zona euro, el salto ha sido del 0% al 2,5%.

El encarecimiento de las tasas de referencia se ha trasladado de forma decidida a los títulos de deuda pública. En España, el tipo de interés de los títulos a dos años ha pasado del -0,6% al 2,6% entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022; en el caso de los bonos a 10 años, el salto ha sido del 0,4% al 3,2%. Según los cálculos de la autoridad fiscal Airef, en España el tipo medio de las nuevas emisiones ha pasado del 0% al 1,3% en 2022 y esta tendencia continuará, hasta el 3% en 2023 y el 3,4% en 2026. Estos tipos de emisión elevarían el gasto en intereses del 2,4% del PIB en 2023 al 2,9% del PIB.

Además de protagonizar el aumento "más rápido y sólido de las tres útlimas décadas", los bonos soberanos muestran una ampliación de diferenciales entre países (primas de riesgo). Así, en la zona euro, los diferenciales entre los rendimientos de Alemania y los países del sur de Europa se han ampliado de diciembre de 2021 a diciembre de 2022 para el índice de referencia a 10 años, más precisamente en 1,1 puntos, 0,7 puntos, 0,5 puntos y 0,4 puntos porcentuales para Grecia, Italia, Portugal y España, respectivamente.

Por su parte, la vida media de la deuda en circulación, que en los países de la OCDE alcanzó un máximo histórico de 9 asños y dos meses en 2021 empieza a ceder a la baja (nueve años en 2022). En el caso de España, la vida media más extensa -de 8,15 años, en abril de 2022- ha cedido ligeramente hasta 7,96 años en abril de 2023. Una vida media más corta implica una necesidad de refinanciación más temprana.

El repliegue en las compras de los bancos centrales, la incertidumbre macroeconómica, los riesgos geopolíticos y la disminución de la confianza de los inversores están contribuyendo al deterioro de la liquidez que, a su vez, alienta la espiral de tensión en la deuda pública. “Estos últimos desarrollos subrayan la importancia de marcos institucionales creíbles para la gestión de la deuda, con la capacidad de los administradores de la deuda pública para adaptarse y responder a las condiciones cambiantes del mercado”, afirma el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.