El aceite de oliva seguirá por las nubes durante 2024

Tras una campaña de 2022 desastrosa, una de 2023 que se prevé también mala y sin la existencia de reservas, los agricultores creen que solo lluvias continuadas podrían revertir una "situación inédita" en el campo

Botellas de aceite en el lineal de un supermercado

Botellas de aceite en el lineal de un supermercado / GERMÁN CABALLERO

Jordi Cuenca

Malas noticias para los consumidores de aceite de oliva: los precios desbocados a que ha llegado este producto básico en la dieta valenciana se mantendrán altos en todo lo que queda de este 2023 y casi con seguridad en todo 2024, al menos hasta septiembre de ese ejercicio, cuando "veamos cómo va la floración", según asegura a este diario el responsable de la sectorial del aceite de la Unió Llauradora y productor castellonense, Enric Simó, quien coincide con su homólogo en la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) y también productor, Luis Julián Pérez, en que el sector está viviendo una "situación inédita".

La OCU calculó el miércoles que el precio del aceite ha subido un 15,4 % desde mediados de julio y que el litro de algunas marcas ya cuesta 9,42 euros. La situación ha llegado a tal extremo que en algunos supermercados las botellas, como sucede con las de whisky de alta gama, incorporan alarmas u otros dispositivos de seguridad para evitar que sean robadas. El origen de esta escalada está en el campo, en un sector que es el segundo cultivo con más superficie en la autonomía, con 93.727 hectáreas en 2022, casi las mismas que un año antes.

Pérez asegura que el problema fundamental está en la sequía, aunque, paradójicamente, también en que la poca lluvia que ha regado los árboles cayó en el momento de la floración "e impidió que la fruta cuajara en su mayoría y la poca que se salvó se encontró con que el árbol estaba seco por la falta de agua y la oliva se ha arrugado, como si fuera una uva pasa". Como quien dice, llovía sobre mojado, porque la cosecha de 2022 había sido extraordinariamente mala por la sequía: "Yo no recogí nada. Este año va un poco mejor y si llueve algo podría llegar a recolectar entre un 20 % y un 25 % de una cosecha normal". Simó añade que, en el conjunto de la Comunitat Valenciana la producción se redujo en 2022 un 40 % respecto a una temporada sin incidencias, aunque en algunas zonas, como el Maestrat, donde él tiene sus campos, la contracción llegó al 90 %.

Reservas

El dirigente de AVA, por su parte, recordó que lo que se está vendiendo ahora es lo cosechado en 2022 y que la campaña de 2023 es la que se comercializará el año que viene. Hay más producto, pero con una salvedad muy importante y es que el ejercicio anterior, por la falta de producto, se consumieron buena parte de las reservas de aceite que tenía el sector, de las que ahora prácticamente no quedan. "Eso quiere decir que los precios seguirán altos todo el año que viene", asegura antes de añadir que los precios en el campo del aceite están entre 6,25 y 6,50 euros el kilo, cuando "en 2021 lo vendía a 2 euros".

El ministro de Agricultura, Luis Planas, admitió ayer las dificultades para agricultores y consumidores y auguró que la situación solo puede cambiar si en las próximas cuatro semanas se producen lluvias abundantes. Esa es también es la esperanza de Luis Julián Pérez, quien apunta que otro factor que puede incidir en una bajada de precios es que los consumidores dejen de comprar aceite de oliva. Fuentes de la distribución consultadas por este diario admiten que el problema "no se resolverá de un día para otro" y añaden que el comercio está tomando medidas para no repercutir en sus clientes toda la subida.

Especulación

Desde la Unió, Enric Simó, sin embargo, asegura que hay "especulación" por parte de los intermediarios, sobre todo mayoristas, entre el productor y el consumidor: "Lo que está ahora en el mercado es un producto que se vendió en el campo el año pasado y los precios no estaban tan altos. Como saben que la campaña que empieza en octubre será también muy mala, propician ya el alza de precios", asegura este productor de 60 años, con 40 en el campo y que espera aguantar hasta la jubilación, aunque los 100.000 kilos de oliva que produce de normal se quedaron en 3.000 en 2022 y llegarán este año a 50.000 con suerte.