Galicia

Bruselas golpea a los ganaderos con una ley para el confort animal en carretera

La nueva normativa prohíbe realizar trayectos de más de nueve horas

Dos vacas, en una explotación de Silleda.

Dos vacas, en una explotación de Silleda. / BERNABÉ/ JAVIER LALÍN

Patricia Casteleiro

Vigo

Las instituciones europeas tienen sobre la mesa un proyecto normativo sobre el bienestar animal durante el transporte que, de aprobarse con la nueva legislatura, podría perjudicar gravemente a la ganadería gallega. Según profesionales de este sector, la medida calaría económicamente hasta el punto de obligar a echar el cierre a medianas y pequeñas explotaciones, acelerando el éxodo rural. Todo, además, en un momento en que los precios de la leche que les paga la industria no les da para cubrir costes.

Por el momento, el Consejo Económico y Social Europeo (CESE) ya emitió un dictamen preceptivo pero no vinculante sobre la propuesta de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) hecha para este reglamento. El documento advierte seriamente de los problemas con los que se podrían encontrar los ganaderos en caso de hacerse efectiva la medida, profesionales que -dicen- no fueron consultados para elaborar la mencionada ley.

Esta medida pretende restringir los viajes por carretera más allá de las nueve horas, obligaría a ganaderos y transportistas a realizar jornadas nocturnas, prohíbe transportar animales jóvenes durante largos trayectos o insta a que haya mayor espacio entre los animales que viajan en un vehículo.

La propuesta llegó a manos de colectivos del sector como ANICE o Unións Agrarias, que en junio mantuvieron una reunión en Toledo con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y trataron las posibles consecuencias de su aplicación.

Aunque los ánimos son positivos, los profesionales están alerta. El responsable de producción extensiva y ecológica de Unións Agrarias, José Ramón González, señala que “sinxelamente, non se pode aplicar porque son medidas pensadas por alguén que nunca viu un animal”. “O que vemos non nos gusta porque é inviable e supón un gasto no transporte que non podemos asumir”, añade.

No más de nueve horas

Uno de los puntos más conflictivos del tratado es la restricción de pasar más de nueve horas en la carretera con los animales a bordo. Concretamente, el texto señala que cuando se prevean temperaturas entre 25 y 30 °C o cuando sean inferiores a -5 grados, la duración del viaje durante el período comprendido entre las 10 h y las 21 h no será superior a nueve horas. “Non é viable, habería que descargar e cargar os becerros nunha estrada. Este trámite ten que facerse nunhas instalacións preparadas, onde os animais non se fagan dano nin se estresen. Escápase un e non é viable xestionar a situación para a persoa responsable”, reflexiona González.

No sólo eso. El experto asegura que, cuando un grupo de animales es transportado al matadero, se sigue un procedimiento por su propio bienestar. “Os animais entran nun sitio escuro, tranquilo, procurando que non se alteren en ningún caso”, dice. Por tanto, al tener que hacer pausas por el camino y sacar al ganado a la luz del día, se produce una irrupción de dicha calma.

Por otra parte, a esta situación la normativa suma que, cuando la temperatura sea de más de 30 grados, solo se autorizarán viajes que se desarrollen íntegramente entre las 21,00 y las 10.00 horas.

El CESE señala que los turnos de noche conllevan un peligro para los trabajadores porque “según la estadística, la siniestralidad es hasta diez veces mayor y supone una dificultad para que los empleados concilien su vida laboral y familiar”.

Más espacio en el vehículo

El reglamento también advierte que habrá que dejar un mayor espacio entre los animales en los vehículos de carga, algo que el CESE apunta como un peligro porque podría”aumentar el riesgo de caídas y lesiones”.

El responsable de producción extensiva de Unións Agrarias cree que es una medida “contraproducente” porque “os animais canto máis separados vaian, máis dano van facerse porque o camión está en movemento. Cun frenazo caen”.

Además, indican que al reducir las densidades y los tiempos de viaje implica más camiones en la carretera y, por tanto, más emisiones de CO2.

Presencia de un veterinario

Otro de los aspectos problemáticos que se recogen en el texto de la Comisión Europea reza que “la carga de los animales en los medios de transporte contará con la inspección de un veterinario”. Sin embargo, la enmienda del CESE corrige el apartado y plantea que la supervisión también pueda ser realizada por una persona competente y autorizada, que podría ser el ganadero, el transportista o un tercero. En el escrito explican que la asistencia en la carga de un veterinario requeriría un incremento en personal de al menos un 120% y que no aporta ningún valor añadido.

Los pequeños se quedan

La Comisión también considera la prohibición de transportar a en largos trayectos a animales jóvenes como terneros o corderos que todavía no fueron destetados. “Esto tendría un impacto significativo en la importancia de las razas animales procedentes de otros estados.”, apuntan.

Ahora, las esperanzas de los ganaderos, están puestas en el ministro Planas, que acordó pedir una normativa acorde a la realidad de la ganadería en el país.

El nuevo reglamento se traducirá en nuevos costes y desde las agrupaciones ganaderas echan de menos otras medidas como el fomento de los mataderos locales para acortar viajes y tiempos, sin que supongan una disrupción en sus tareas.

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