La digitalización está imponiendo cambios profundos y rápidos en el mercado laboral. Con una economía, tanto nacional como global, lastrada por la crisis que ha provocado la pandemia, estos cambios que deben ser oportunidades de reconversión, innovación y evolución pueden fácilmente transformarse en problemas llamados paro estructural, desigualdad o pobreza. 

Pero la irrupción de las nuevas tecnologías no es la única disrupción capaz de impactar profundamente en el empleo. En concreto, la Fundación Cotec detecta otros cuatro factores más en el estudio ‘El trabajador del futuro: conectado, versátil y seguro’: la transición energética, el envejecimiento poblacional, la competencia creciente de los mercados internacionales y el propio covid. 

Con la intención de abordar esta situación y elaborar propuestas con las que tratar de encaminar el proceso disruptivo, este informe presentado hoy recoge una serie de propuestas con las que encarar el impacto en el empleo desde la Administración Pública, las empresas y los propios trabajadores. Para su elaboración, se formó un grupo de trabajo integrado por la Fundación y coordinado por representantes de EY y Ferrovial. 

En palabras de Juan Pablo Riesgo, socio responsable de EY Insights y socio en People Advisory Services, "el reto de abordar los desafíos del trabajo del futuro nos concierne a todos". Por este motivo, ha añadido, se presentan "soluciones pluridisciplinares para que estos desafíos se conviertan en oportunidades".

El documento destaca, por ejemplo, que la automatización implica que el 36% de los trabajadores adultos en España enfrentan un alto riesgo y que afecta, especialmente, a los trabajadores de cualificación media; o que la transición energética supondrá la destrucción de empleo "hacia roles nuevos o basados en el uso de nuevas tecnologías, con un alto impacto en sectores de producción energética basados en combustibles fósiles", o relacionados con su distribución. 

Impacto positivo

Sin embargo, Jaime Sol, socio director de People Advisory Services en EY, ha querido destacar la lectura positiva, en cuanto al nuevo empleo que se va a generar vinculado a estas áreas. Así, ha señalado que la previsión de la Organización Internacional del Trabajo sitúa en 18 millones de nuevos puestos los que puede crear la ‘green economy’. 

Pero para que el impacto positivo supere al negativo hay ciertas medidas que deben adoptarse, tal y como sugiere la Fundación Cotec en su estudio. Jaime Sol ha querido las dos que considera más importantes: en primer lugar, "la importancia de mejorar la educación a todos los niveles: desde infantil hasta la formación continua de los trabajadores". Y en segundo lugar, ha puesto el acento a las acciones referidas al colectivo senior: "Hay que colaborar, gobierno y empresas, para tener itinerarios formativos de upskilling y reskilling, especialmente en lo que se refiere a capacitación digital". "Convirtamos a nuestro talento senior en trabajadores extraordinarios", ha añadido el socio director de People Advisory Services en EY. 

La lista de posibles actuaciones requeridas que incluye el informe recoge, además de la petición de una mayor inversión en educación, una mejora de las políticas educativas para los trabajadores o mecanismos de regulación del mercado de trabajo, agrupadas como políticas públicas, gestión de RRHH y decisiones individuales. 

En este sentido, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce, ha hecho hincapié en la necesidad de trabajar para acelerar la "adaptabilidad del marco laboral a estos tiempos cambiantes".  

Ha coincidido  Alicia Coronil, economista jefe de Singular Bank, que ha subrayado el requerimiento de "seguir ahondando en reformas de modernizar marco regulatorio en el plano laboral, pero también fiscal", además de ayudar a que las empresas puedan seguir creciendo y generando empleo. "Es un momento sumamente importante en el que habría que tener en el radar el potenciar la competitividad del país a futuro", ha afirmado. 

Las líneas de actuación que establece Cotec en su informe, con la intención de "poner el foco en distintas dimensiones institucionales del trabajo del futuro que deben reforzarse" para lograr una "correcta adaptación de este futuro del empleo", son:

- Invertir en educación y formación: abogan por adoptar "nuevos enfoques innovadores para el desarrollo de habilidades a lo largo de la vida de un trabajador" y por reforzar sobre todo la formación en capacidades en materia digital.

- Mejorar la calidad del empleo: aquí se hace un llamamiento sobre todo a las instituciones públicas para llevar a cabo mejoras que pasan por redefinir las políticas activas de empleo o reducir la dualidad laboral, "adaptando la regulación de los contratos, reforzando los incentivos a la contratación indefinida y el régimen sancionador de la contratación temporal sin causa". El documento insta también a "reconsiderar los modelos de contratación para luchar contra el desempleo juvenil" y a "impulsar la modernización funcional de las oficinas de empleo" para mejorar la asistencia en la búsqueda de empleo. También hacen un llamamiento a "propiciar la ampliación de la cobertura y la profundización de la negociación colectiva".

- Ampliar y dar forma a la innovación: con políticas y herramientas que soporten la inversión en capital humano e I+D+i.

- Reforzar el papel fundamental que desempeñan los trabajadores y empresas en el fomento de una mayor productividad, resiliencia y adaptación en las estructuras y organizaciones a los cambios. En este punto encajan la petición de que las empresas se encarguen de "proveer formación continua" a sus plantillas, de hacer una "planificación estratégica de la fuerza de trabajo (nuevos roles, capacidades necesarias y formación)" o de ofrecer modelos flexibles "de teletrabajo, trabajo remoto y smartworking", entre otras.