Las criptomonedas han dejado de ser un concepto desconocido para empezar a formar parte de la vida financiera de cada vez más gente. Según un estudio de Statista, un 10% de la población española posee y usa criptomonedas, lo que supone unos 4 millones de personas, situando a nuestro país a la cabeza de otros estados europeos en cuanto a porcentaje, como Suiza o Grecia (11%), y por delante de China (7%) o Estados unidos (6%). 

Pero, ¿qué hace que esta 'fiebre' de la criptomoneda afecte a cada vez mas españoles? ¿Por qué millones de personas ven en este tipo de activos una clara apuesta para su futuro financiero

En primer lugar, son las características principales de las criptomonedas, un activo completamente virtual, y el más seguro debido a utilizar la tecnología blockchain, lo que hace que invertir en criptodivisas adquiera un atractivo mayor y la atención total del mercado. Además, no dependen de ningún órgano regulador, y es esta descentralización lo que ayuda a generar confianza en la mayoría de los inversores, ya que son ellos mismos los que deciden el destino de sus activos, devolviendo el poder y la libertad financiera a todas las personas.

Con el paso de lo años, habiéndose demostrado el éxito de las criptodivisas y diversas personalidades públicas haciéndose eco de este suceso, se ha generado una red de negocios que aceptan la criptomoneda como método de pago.

Actualmente, en Madrid hay más de 100 establecimientos que aceptan este pago, y gracias a nuevas facilidades como acuerdos entre las principales criptomonedas y empresas de tarjetas de crédito, que realizan la conversión de estos activos para poder pagar en establecimientos que aún no aceptan este método de pago se han convertido en accesibles para la población.

Alrededor del mundo, empresas como Mastercard, la compañía aérea Norwegian, pasando por Starbucks o la agencia de viajes Destinia, aceptan transacciones con criptomoneda, lo que aumenta la accesibilidad y el interés por parte del ciudadano de a pie. Gran parte de este efecto ha sido provocado por este año pandémico en el que el uso del dinero en efectivo ha caído en picado, las empresas se han visto atraídas por este sistema como método para atraer nuevos clientes.

A este impulso de las empresas, le siguen las entidades financieras, quienes, dándose cuenta del gran rival que supone este nuevo tipo de divisas y de la trayectoria ascendente de su joven recorrido, han decidido remar a favor de la marea y unirse a esta tendencia tecnológica. De este modo, el Banco Central Europeo recientemente confirmó que seguía adelante con el euro digital, iniciativa seguida de cerca por gobiernos como los de El Salvador, China, Emiratos Árabes, incluso el Gobierno de España que han apostado, o están en vías de, por las monedas digitales.

Este apoyo de las grandes instituciones genera un efecto mariposa que consigue que los ciudadanos mas desconfiados puedan llegar a valorar este tipo de activo como una inversión con rentabilidad tanto a corto como a largo plazo, así como plantear su uso habitual en compras y gastos diarios.

Es cierto que se han completado grandes hitos, pero aún queda un largo camino por recorrer en cuestión de normalizar el uso de la criptomoneda como activo habitual. El apoyo y la accesibilidad que aporten las instituciones financieras y empresas será clave en este proceso transformador de nuestra manera de entender la economía.