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La guerra familiar enturbia Vega Sicilia

Los cinco hermanos que tienen mayoría accionarial recurren la sentencia que les acusa de "vaciar" el patrimonio familiar

Pablo Álvarez, consejero delegado del grupo.

Una guerra que dura más de nueve años. Seis herederos enfrentados y mucho dinero en juego. Podría ser el argumento de La Casa del Dragón, y en ocasiones la realidad supera a la ficción. El rosario de enfrentamientos judiciales entre los hermanos Álvarez, hijos del fundador de Eulen, David Álvarez, parece no tener fin. La venta de unas acciones en 2013 entre dos compañías familiares (Eulen y El Enebro) está en el punto de mira de la última batalla judicial entre María José Álvarez, actual presidenta de Eulen, y MartaElviraJuan CarlosEmilio y Pablo Álvarez Mezquiriz, que controlan la sociedad El Enebro, el mayor accionista de las bodegas Vega Sicilia.

En una sentencia del pasado mes de abril, la Audiencia Provincial de Madrid daba la razón a la presidenta de Eulen que reclamaba anular la venta de acciones de sus hermanos. Concretamente, 152.000 títulos de Eulen a El Enebro, que considera un "vaciado" del patrimonio familiar. Sus hermanos ahora recurren esta decisión judicial en el Tribunal Supremo y el conflicto familiar se prolonga tras nueve años en los tribunales.

La caja de pandora que agrió la relación empresarial de los Álvarez se abrió en 2010. El fundador de Eulen había cedido a sus hijos el control de El Enebro, la sociedad patrimonial creada para agrupar los activos de la familia, tras su terceras nupcias en 2009. Lo único que había pedido a cambio era controlar el 51% del capital. Sus siete hijos manejaban el otro 49%, un 7% cada uno. Pero las cosas no marcharon como David Álvarez esperaba. Quiso volver al trabajo pese a tener ya 82 años. Pero cinco de sus hijos (MartaElviraJuan CarlosEmilio y Pablo Álvarez Mezquiriz) no estuvieron de acuerdo con esa decisión y el patriarca fue apartado de la compañía junto a los descendientes que se mantuvieron fieles, María José y Jesús David. Ese movimiento sería declarado nulo por el Tribunal Supremo en 2018. 

Segundo asalto

En 2013 tuvo lugar un segundo asalto. En ese momento, David Álvarez ostentaba el 3,52% del capital social de El Enebro y cada uno de sus siete hijos era titular del 13,38% del capital de esta sociedad. De esta manera, entre todos alcanzaban el 93,68% de las acciones, a las que se sumaba la autocartera de títulos propios. Juan Carlos Álvarez Mezquiriz aseguró en una de las reuniones de la compañía que María José y su padre estaban a punto de controlar Eulen tras comprar la participación de otro de sus hermanos, Jesús David Álvarez. De esta forma, padre e hija concentraron hasta el 57,56% de las acciones de la empresa, cifra que mantuvo María José Álvarez tras el fallecimiento de su padre en 2015.

Ante el temor de perder el control en la principal compañía familiar, Marta, ElviraJuan CarlosEmilio Pablo Álvarez Mezquiriz, optaron por vender sus títulos de Eulen a El Enebro para poder tener la mayoría desde esta compañía y desafiar a su padre y su hermana. De esta manera, los díscolos consiguieron controlar Vega Sicilia, la bodega familiar. La presidenta de Eulen acudió a los tribunales tras el intento de órdago de sus hermanos. María José Álvarez llevó el caso en un primer momento por la vía penal. Tras ser sobreseído, acudió a los juzgados de lo Mercantil de Madrid, que en un primer momento desestimaron la demanda, y más tarde, en una segunda instancia, le dieron la razón.  

Los argumentos esgrimidos por la presidenta de Eulen para llevar el caso a los tribunales se basaron en la "deslealtad" de sus hermanos hacia la compañía, al anteponer su "interés particular al de la sociedad que administraban". "La operación de adquisición de los paquetes accionariales de Eulen SA que pertenecían a los consejeros de El Enebro SA, no se presenta como conforme al interés social de esta sociedad, desde el mismo momento de ideación de tal operación», recoge la sentencia que anula la operación de cinco de los herederos. "La realidad de que El Enebro SA no tenía un interés propio en la operación se revela, adicionalmente, con la evidencia de que el interés en llevar a cabo dicha operación era particular y exclusivo de los propios consejeros», zanja la sentencia.

La Audiencia Provincial de Madrid apunta a que los cinco hermanos demandados antepusieron su interés particular al de la sociedad, tanto por realizar una operación (la venta de acciones de Eulen a El Enebro) que no conllevaba beneficios para Eulen, como por hacer incurrir a la empresa en un gasto innecesario que solo "respondía a su interés personal". Además, el fallo apunta que el precio fijado, de 530 euros por título, se determinó "sin acreditar un respaldo adecuado y con evidencias de resultar superior al real de las acciones".

La justicia obliga ahora a que se reviertan los contratos, por lo que El Enebro estaría obligado a devolver a Eulen las acciones a sus antiguos poseedores y también los dividendos cobrados en los años en los que se mantuvo la propiedad de las acciones. En la actualidad esas acciones son propiedad de Mezqual Ibérica, compañía en la que los cinco hermanos mantienen sus inversiones. La sentencia aún no ha sido ejecutada tras el recurso. Los tribunales serán de nuevo los encargados de dirimir las disputadas entre el clan familiar, que siguen sin tener solución siete años después de la muerte del patriarca familiar, David Álvarez.

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