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Cómo vender más a través de una mueca

La ‘start-up’ Feeder analiza la expresión facial para optimizar campañas publicitarias

El cofundador de Feeder, Pablo Filomeno. JORDI OTIX

Fingir es un arte. Cualquiera ha simulado -o disimulado- alguna vez una emoción. Pero, ¿hasta qué punto es detectable? La ciencia del comportamiento lo ha intentado, con el psicólogo Paul Ekman a la cabeza, mediante el estudio de las microexpresiones. Estos gestos faciales son imperceptibles e involuntarios. Por eso, la información que aportan es tan valiosa, porque "no mienten". Por lo menos así lo cuenta Pablo Filomeno, creador, junto con Mauro Gadaleta, de la ‘start-up’ Feeder, una herramienta cuya razón de ser es optimizar las campañas publicitarias y, por ende, las ventas de sus clientes.

Basándose en este concepto, el equipo que lideran estos dos amigos de la infancia ha desarrollado un ‘software’ que analiza las microexpresiones para que las empresas adapten y modifiquen sus campañas publicitarias según las emociones que su público objetivo comunica de forma inconsciente.

La idea nació en 2018, pero no tomó su forma actual hasta que, en 2020 -plena pandemia-, Pablo perdió su trabajo, y decidió apostar por ella. Pablo Mauro invirtieron 10.000 euros en crear primer ‘software’ de Feeder. En 2021 llevaron a cabo una ronda de inversión doméstica con la que sumaron otros 20.000. Pero la mayor inyección de capital no ha llegado hasta marzo de este año, con una ronda de 150.000 euros y un préstamo público estatal de 134.000. Y los dos socios tienen la mirada puesta en la próxima ronda, de medio millón, que esperan cerrar con éxito en 2023.

Feeder analiza las emociones de las audiencias. Su algoritmo fue auditado por dos expertos en neuromárketing y dos psicólogos. Está basado en el reconocimiento facial, mediante el que analiza gestos y los traduce en emociones básicas. Estas, combinadas, conforman otras más complejas. Por ejemplo, el grado de aceptación, que permite medir el agrado de una campaña publicitaria. Y así, las marcas se aseguran de que estas tendrán un impacto positivo.

Para ser analizada, la persona que va a visualizar el vídeo tiene que dar permiso a la aplicación para usar su cámara. Y esto puede suscitar desconfianza. ¿Se graban y utilizan las imágenes de los espectadores? La respuesta de Pablo es contundente: no. Insiste en que el ‘software’ no filma los rostros de los usuarios, sino que mide sus movimientos. Y, tras el análisis, no los guarda. De forma que ni el propio sistema ni la empresa contratante puede almacenar las imágenes.

Además, el usuario es "plenamente consciente" de que está participando en un estudio. Y, ¿qué gana a cambio? Pues esto depende de la empresa que utilice la aplicación. Algunas optan por realizar un sorteo entre los participantes para motivar su colaboración.

Pero la ‘start-up’, que se acaba de mudar a Barcelona Activa, quiere ir un paso más allá: conquistar el ‘streaming’. El reto es crear un sistema de reconocimiento facial mejorado que trabaje en tiempo real. Analizará gestos en videollamadas, percepciones al navegar por una web, o al visualizar un vídeo de Youtube. Con esto, los dueños de Feeder ampliarán su rango de clientes, y subirán los precios.

Actualmente, Feeder cuenta con unos 50 suscriptores, que se suman a los que han optado por la prueba gratuita, y de los que no se pueden publicar nombres por el contrato de confidencialidad. Aunque todavía no es rentable, el objetivo es comenzar a serlo en 2024. Hasta entonces, los responsables quieren agrandar su equipo tecnológico, centrado en el ‘streaming’. Aunque el fichaje estrella ya lo han hecho. Se trata de Gabriel Broner, que ha ostentado cargos en compañías como Amazon, Microsoft y Ericsson. Conoció Feeder en agosto de 2021, y entró a formar parte en mayo de este año. Pablo le considera, orgulloso, su mentor. Y espera, con su ayuda, conseguir con Feeder "lo que no ha conseguido nadie" en marketing.

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