En un momento en el que un virus ha puesto el mundo patas arriba, provocando 3 millones y medio de muertes y 168 millones de contagios, los científicos, médicos y personal sanitario continúan alertando de la dimensión de otro tipo de enfermedades: las enfermedades no transmisibles.

Las enfermedades no transmisibles son aquellas que tienen su origen, en gran parte, en nuestros hábitos de vida.

Para que nos hagamos una idea de la magnitud, la Organización Mundial de la Salud cataloga la obesidad como una pandemia de tipo no infeccioso, es decir, no es una pandemia de tipo contagioso, como la producida por el COVID-19, pero es una pandemia. Como no lo iba a ser si cada año mueren en el mundo 2,8 millones de personas a causa de la obesidad o el sobrepeso.

Recordemos la cifra de muertos a causa del covid hasta la fecha: 3.5 millones en menos de 2 años. La obesidad causa 2.8 millones de muertes anualmente. ¿Es o no para tomárselo en serio?

No, no es que el certificado de defunción ponga “causa: obesidad”. Es que la obesidad y el sobrepeso están directamente relacionadas con el desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, la apnea del sueño, un fallo hepático o la depresión.

Además, la OMS considera la obesidad como uno de los principales factores de riesgo en 9 tipos de cáncer y, si esto fuera poco, la obesidad y el sobrepeso disminuye la esperanza de vida de una persona entre 5 y 20 años.

La buena noticia es que evitar estas enfermedades está en nuestra mano. Las producen nuestros hábitos. Más bien, nuestros malos hábitos. Por tanto, parece lógico pensar que si los mejoramos, estaremos invirtiendo en salud y calidad de vida.

Por cierto, ninguna de las causas por las que un niño sufre sobrepeso dependen de él. Somos las madres y padres los encargados de educarlos e inculcarles esos buenos hábitos que le acompañarán toda la vida y que evitarán que de un sobrepeso en la infancia, pase a una obesidad en la edad adulta.

Como vemos, muchas de las enfermedades que nos rodean hoy, son prevenibles. Es decir, se evitan poniendo el foco en la prevención. Y la educación es la mayor herramienta de prevención que tenemos a nuestro alcance.

Las claves para conseguirlo nos las dieron los diferentes expertos que participaron en el programa:

El ejemplo es fundamental si queremos que nuestros hijos coman de forma saludable

“La salud no está dentro de la prioridad de ningún niño. No podemos intentar razonar con ellos o justificar que hay que comer sano porque es bueno para su salud. La mejor forma de inculcar estos hábitos a los más pequeños es que los vean en casa, que en casa comamos de forma saludable”, Aitor Sánchez (Dietista-nutricionista).

Hagamos un ocio más activo en familia

“El 60% de los niños españoles no realiza una hora de ejercicio físico al día, lo recomendado por la OMS. Además, entre semana, dedican más tiempo a las pantallas que a hacer actividad física. Deberíamos aprovechar el buen tiempo que hace en nuestro país para hacer más planes en familia al aire libre, como excursiones al campo, montar en bicicleta...”, Cristina Ribes (Directora ejecutiva de ‘Gasol Foundation’).

La salud emocional de nuestros hijos depende del apego que desarrollemos con ellos

“Un niño nace tremendamente inmaduro, lo que le convierte en un ser dependiente de sus figuras de apego (normalmente la madre y el padre). Solo llega a la autonomía pasando por la dependencia. Sus figuras de apego deben cubrir todas sus necesidades, incluidas, por supuesto, las afectivas, si quieren que ese niño desarrolle una buena salud emocional, la cual le acompañará toda su vida. En cambio, si hay carencias, estas repercutirán negativamente en su futura salud emocional”, Rafa Guerrero (Psicólogo, autor del libro ‘Educar en el vínculo’.).

Vivimos como dormimos. Sin descanso no hay posibilidad de llevar una vida saludable

“Cuando cumples 80 años, deberías haber pasado 30 años durmiendo, o cuando un niño cumple 2 años, debería haber pasado 14 meses durmiendo. La naturaleza no desperdicia, cuando le dedica mucho tiempo a algo es porque es importante. Las consecuencias de no dormir bien son muchas: menos capacidad de aprendizaje, alteración del metabolismo, cansancio, irritabilidad, mayores probabilidades de sufrir sobrepeso... Y el sueño en los niños es vital: el mal dormir durante la infancia, deja huella toda la vida”, Gonzalo Pin (Pediatra, experto en trastornos del sueño).

 Los espacios verdes en las ciudades juegan un papel fundamental en nuestra salud

“Numerosos estudios han demostrado que la presencia de espacios verdes en las ciudades, reducen el estrés y mejoran la salud mental de sus habitantes...además de alargar su esperanza de vida...  Es por este motivo que la Organización Mundial de la Salud recomienda que todo el mundo tenga un espacio verde de al menos 0,5 hectáreas a 300 metros de su casa. La forma en la que están construidas nuestras ciudades afectan a nuestra calidad de vida”, Susana Saiz (Arquitecta, experta en sostenibilidad).

NO TE PIERDAS EL PRÓXIMO CAPÍTULO

La educación importa para salvar el planeta

Fecha: 3 de junio

Hora: 22.00 horas

Inscripción gratuita

www.laeducacionimporta.com