El número de empresas castellonenenses internacionalizadas sigue creciendo a un ritmo que supera el 5% anual en una progresión que no ha parado de crecer desde hace una década. Unas 700 empresas se incorporan total o parcialmente cada año al comercio exterior en la provincia, lo que representa una media de casi dos al día.

Si en un principio destacaba la presencia de negocios de tamaño medio, por encima de los 50 trabajadores, la tendencia desde 2010 ha sido la de incorporar cada día a más microempresas, que se han visto favorecidas por los programas de apoyo tanto institucionales como, también, por la necesidad de dar el salto al exterior ante la extrema congelación de la demanda interna.

Y el año que ahora termina es un buen ejemplo. Sólo el número de empresas que han participado en los servicios de Información y Consultoría en Operativa y Gestión Internacional durante este año en la Cámara de Comercio ha crecido un 10% con respecto a 2016, hasta rebasar las 1.100 empresas. Y otras 105 sociedades se han incorporado a las actividades de iniciación a la exportación, lo que da fe del tirón del sector exterior.

Este buen comportamiento en el ámbito de la internacionalización se refrenda, además, en los más de 46.000 documentos tramitados y legalizados en este periodo o en los 70 expedientes abiertos en el servicio de recobro internacional a lo largo de 2017 (lo que supone un incremento del 40% respecto al 2016).

INTELIGENCIA COMPETITIVA

En este contexto, los analistas y prospectores de mercados señalan la necesidad de operar bajo el paraguas de la inteligencia competitiva, como así se ha puesto de manifiesto esta semana en la jornada que, promovida por la Diputación y el Instituto de Técnica Cerámica (ITC), ha servido para poner en valor herramientas como Vigilancer, un sistema que permite monitorizar el mercado en el ámbito de la cerámica.

Para los especialistas, el mercado exterior está sujeto hoy a importantes cambios a los que hay que adaptarse y para ello «ya no bastan las inercias que han venido dándose hasta ahora», comenta Joaquín Andrés, responsable del área de Internacionalización de la Cámara de Castellón e impulsor del centro de inteligencia competitiva de la entidad.

«Hay que apostar por la monitorización continua del mercado», indica. Y Andrés pone como ejemplo la necesidad de conocer a los competidores «con nombre y apellidos, análisis a tiempo real que nos permitan comprender el mercado» y cuya información «nos llevará a tomar las decisiones más acertadas».

De la misma forma, explican los especialistas en estrategias reunidos en Castellón, «estamos muy dirigidos a la venta y lo realmente importante es llegar y seducir al cliente». Por todo ello, abogan por impulsar un nuevo modelo de internacionalización basado no ya en la cantidad de empresas que salen al exterior, sino de «acercanos al cliente a través de las emociones» y hacerlo, explican, como parte del desarrollo de la industria 4.0, un sistema que nos ayudará a entender un mercado internacional en el que cada día hay más y diversos actores.