En muchas ocasiones se ha cuestionado la fuerza de la ciudadanía, la importancia de la unión vecinal, de ese Fuenteovejuna que tan lejos parecía quedar de nuestros días y que nos ha sido retornado de la mano de la solidaridad entre ciudadanos de pueblos vecinos, y no tanto.

La fuerza de la que os hablo, no solo es capaz de mover montañas, también de derribar muros como el de Berlín, abolir leyes injustas como el apartheid en Sudáfrica o detener tanques en la plaza de Tiananmen en la República Popular China, así como de movilizar miles de conciencias adormecidas al son del dinero, mientras otras miles de almas se movilizaban para escapar de la más cruel de las consecuencias de la estupidez humana, la guerra.

Los vecinos de Castellón hemos aprendido a surfear las mareas de abatimiento y desesperación, provocadas por una crisis económica que ha sacudido nuestras vidas, no así, crisis de valores, ya que gracias a muchos de ellos como la solidaridad, entre todos, se han rescatado bancos de alimentos, fomentado políticas de empleo voluntario, en el que la única remuneración es la sonrisa de alguien que entiende que no está solo, al menos, hoy no, y por supuesto y como no podía ser de otra forma, Castellón con sus gentes ha pasado a formar parte de las ciudades concienciadas con la problemática de los refugiados, aportando lo mejor de lo que dispone, sus vecinos.

Entre todos hemos conseguido que proyectos necesarios para nuestra ciudad como el encauzamiento del barranco del Sol, dejaran de criar polvo en alguna estantería para pasar de complicada utopía a simplemente beneficiosa realidad, esperando que, a partir de ahora, achicar agua deje de ser necesario para que niños del distrito norte puedan acudir al colegio sin miedo o vecinos, en general, podamos visitar a nuestros enfermos en el Hospital General de Castellón.

Desde la Federación Coordinadora de Entidades Ciudadanas de Castellón sabemos la importancia de la lucha que todos los vecinos de Castellón han mantenido por esta y otras causas, y nos sentimos orgullosos de poder seguir formando parte de proyectos así, gracias a los cuales se demuestra, nuevamente, que la única fuerza suficientemente resistente, duradera y justa es la de la ciudadanía.

Como toda fuerza, cuando alcanza un poder considerable, se puede llegar a convertir en un arma de doble filo, ansiada por muchos y no todos buenos. Como parte de este fenómeno que es la unión vecinal debemos tener en cuenta la importancia de nuestro poder, residente, mayormente, en el derecho al voto que democráticamente nos asiste a cada uno de nosotros y a través del cual se desarrolla todo su potencial, ejerciendo este de manera responsable, sin dejarnos llevar por sentimientos humanos como el miedo o la rabia, pero que entorpecen nuestra capacidad para discernir lo posible de lo imposible y el bien colectivo del particular.

Debemos exigir a nuestros políticos responsabilidad y coherencia a la hora de desarrollar las actividades para las cuales les hemos legitimado a través de nuestros votos, al igual que debemos de exigírnoslo a nosotros mismos a la hora de depositar esa legitimidad en nuestros representantes. Que valores como la solidaridad, el respeto y la justicia sigan siendo ejercidos de manera responsable depende de todos, pero más aún cuando se actúa en colectivo, como es el caso de las diferentes asociaciones vecinales y demás movimientos ciudadanos. Por esa razón y entendiendo la importancia de la confianza que los vecinos de Castellón han depositado en nosotros, desde Coasveca nos comprometemos no solo a ejercer la labor que nos habéis encomendado de manera responsable, sino también, respetuosa y beneficiosa para todos nuestros vecinos, a través de la fuerza de la ciudadanía (#lafuerzadelaciudadania).

*Presidente de la Federación Coordinadora de Entidades Ciudadanas de Castellón