Sacerdotes enviados a reconciliar

Sacerdotes enviados a reconciliar

Por San José, todos los años celebramos El Día del Seminario el domingo más próximo. Al coincidir este año con el Domingo de Ramos, hemos adelantado su celebración al domingo anterior, el día 13 de marzo, V Domingo de Cuaresma. Lo haremos bajo el lema enviados a reconciliar por estar en el Año santo de la Misericordia. Los sacerdotes son enviados a reconciliar porque son ministros de la Misericordia de Dios en el nombre de Cristo Jesús.

Dios, que es amor (1 Jn 4,8), no puede dejar de amar. Dios es eternamente fiel en su amor hacia su creatura, el ser humano: lo sigue amando, incluso cuando éste, abusando de su libertad, que le fue dada para amar, ser amado y hacer el bien, en lugar de responder con su amor al amor de Dios, lo rechaza con su pecado, y así rompe la comunión y la armonía con Dios. A pesar de este alejamiento por parte del hombre, Dios permanece fiel a su amor; está siempre dispuesto al perdón, ofrece siempre la reconciliación. Para ser perdonados es indispensable querer recibir el perdón de Dios, estar verdaderamente arrepentidos y confesarse. Hay muchos que no entienden la mediación del sacerdote a la hora de pedir perdón a Dios. ¿Por qué no puedo hacerlo a solas con Dios?, se preguntan. En este punto hemos de recordar que la mediación del sacerdote fue deseo Cristo quien, una vez ascendido al cielo, quiso perpetuar su presencia y su misión en los apóstoles y en sus sucesores, los obispos, y en aquellos que participan del ministerio apostólico: los sacerdotes.

Solo Dios puede perdonar los pecados. Jesús perdonó los pecados y transmitió esta potestad a personas bien concretas: los apóstoles y sus sucesores. En el confesor, Jesús mismo sale a nuestro encuentro y nos ofrece el perdón y la reconciliación. H

*Obispo de Segorbe-Castellón

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