Carta del obispo

Somos una gran familia

El Día de la Iglesia Diocesana, que celebraremos el próximo Domingo, es una jornada muy apropiada para conocer nuestra Iglesia diocesana, para sentirla como propia, para amarla como a nuestra madre en la fe y como nuestra propia familia. Sentirla como nuestra propia familia suscitará nuestro compromiso efectivo en su vida y en su misión evangelizadora y en su sostenimiento económico. Recordemos que nuestra Iglesia diocesana de Segorbe-Castellón no es un territorio, ni un conjunto de servicios pastorales o administrativos, ni lo que a veces de modo distante llamamos el Obispado. No: nuestra Iglesia diocesana es una gran comunidad, es la gran familia de los creyentes, es la familia de los hijos de Dios en Segorbe-Castellón. La formamos todos los cristianos católicos que vivimos en el territorio diocesano, que abarca más de los dos tercios de la provincia.

A todos los diocesanos nos urge conocer nuestra Diócesis. No se puede amar lo que no se conoce. Hay muchos católicos que desconocen o conocen insuficientemente su Diócesis. Además, la Iglesia diocesana es sentida por muchos diocesanos como algo distante; no tienen conciencia de que forman parte de esa Iglesia; ni tampoco la sienten como su propia familia, la familia de los hijos de Dios en Segorbe-Castellón. A los todos los católicos nos urge descubrir nuestra identidad cristiana y nuestra pertenencia a nuestra Iglesia diocesana, y vivirlas con alegría y fidelidad, en privado y en público, de palabra o por obra. Nuestra Iglesia espera de todos sus hijos que nos comprometamos de verdad en su vida, en su misión y en sus actividades.

Nuestra Iglesia diocesana necesita de medios económicos para cumplir su misión, para ayudar a nuestras parroquias más pobres. Sin la aportación generosa de todos, nuestra Iglesia no puede atender tantas peticiones que le. Seamos generosos en la colecta de este día.

*Obispo Segorbe-Castellón

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