El presidente de la Diputación, Javier Moliner defiende sus cuentas para el 2018, que baten un nuevo récord y de las que, asegura, ha erradicado los criticados convenios singulares con los ayuntamientos. Avisa a la Generalitat de que no vale solo pedir dinero a Madrid, sino que hay que distribuirlo equitativamente en la Comunitat, desde la convicción de que Castellón está «infrafinanciada» en este territorio.

--Acaba de presentar unos presupuestos con una cuantía récord de 135 millones de euros. ¿Serán suficientes para paliar los efectos de la despoblación?

--Estos presupuestos son el resultado de seis años de trabajo, en los que hemos adelgazado la administración de la institución provincial hasta reducir la deuda de 140 millones a 27 millones; hemos pasado a pagar cerca de cuatro millones de euros menos al año de intereses, y hemos hecho unos ajustes internos que nos permiten triplicar hoy el dinero que podemos destinar a las inversiones en los pueblos, lo que nos permite ser muchísimo más útiles para la provincia, a la que queremos servir. Como objetivo fundamental de esa utilidad pretendemos precisamente tender puentes de oportunidades que unan el interior con la costa, el mundo urbano y el rural, para luchar por conseguir un futuro en el que se siga inscribiendo la provincia de Castellón en la clave de los 135 pueblos llenos de vida y llenos de oportunidades.

--¿Cree que el resto de las administraciones son conscientes de la gravedad del problema? ¿Hacen lo suficiente?

--Es necesario el acuerdo de todos y creo que hemos conseguido meter el drama de la despoblación en la agenda política de todos. Hablan del tema la Generalitat valenciana y el Estado central, cuando hace dos años nadie lo hacía, cuando nosotros empezamos a alzar la voz de alarma. En la provincia de Castellón se viven dos circunstancias, como en otros muchos territorios, por un lado, la población desciende y, por otro, el envejecimiento, muy alto en el ámbito rural. Por eso digo que hay que trabajar con los dos objetivos y la solución pasa necesariamente por crear espacios de oportunidades y mantener servicios para que el mundo rural y mundo urbano convivan y encuentren sinergias de colaboración, y se rompa esa dualidad.

--El grueso de los recursos se sitúan en el eje estratégico que busca igualar oportunidades ¿hay algún proyecto estrella?

--Para nosotros, el reto fundamental es el empleo, como lo debe ser para cualquier administración, puesto que es problema que más preocupa a la gente, y entiendo que es el gran elemento tractor de la sociedad y el gran espacio de oportunidades para fijar la población en el territorio. Creo que intentar capacitar a la gente que ha perdido su empleo, apoyar iniciativas empresariales de emprendedores en territorios más desfavorecidos, son líneas estratégicas que nos tienen que ayudar a conseguir una provincia en la que se igualen las oportunidades laborales y con ello también la posibilidad de desarrollar proyectos personales.

--Qué prima más en estas cuentas ¿los servicios o las obras?

--Es un tiempo de servicios. Las infraestructuras son necesarias en tanto en cuanto deben ser capaces de habilitar espacios de oportunidades, pero los ciudadanos en estos momentos exigen de la administración que se equiparen los servicios que les confieran calidad de vida. Nosotros trabajamos para que estos servicios y estas infraestructuras contribuyan al objetivo de generar oportunidades a la gente, pero también a divulgar y promocionar la marca de Castellón para ser un referente a nivel nacional e internacional, es decir, trabajar para que desde esa dotación de oportunidades y servicios seamos capaces entre todos de lanzar un proyecto colectivo que sea foco de atracción para inversores, para turistas, o para cualquier tipo de empresa o iniciativa que venga a generar riqueza.

--El Plan 135 crece poco en relación a este año pese a las peticiones de los alcaldes de más recursos ¿por qué?

--En el presupuesto del 2017 doblamos la dotación de ese plan, que salió formidablemente bien, y hemos abierto este año un crecimiento para compensar algunos ajustes, pero creo que estamos en un momento de consolidar el mayor proyecto inversor, de participación para todos los municipios de la historia de nuestra provincia, y que, evidentemente, está contribuyendo a que muchas poblaciones que jamás habían recibido fondos de esa magnitud de dinero hoy puedan tener un mínimo de hasta 90.000 euros. Este es el único plan inversor que existe, porque no hay ninguna otra administración pública que dote a los municipios de Castellón.

--En el 2016 lograron que solo un diputado, el de CSeM, votara en contra de los presupuestos de este año. Han pactado las cuentas de bomberos y turismo ¿espera conseguir un grado de consenso similar en esta ocasión?

--Estoy firmemente convencido de que la gestión pública, además de ofrecer soluciones a los ciudadanos, tiene que plantear una forma de gobierno que le seduzca y sea capaz de generarle confianza, en la que se escucha a todos y se intentan alcanzar acuerdos. Aún desde la mayoría absoluta que tiene el PP en la Diputación, esta es una legislatura de espacios de unanimidad con grupos políticos, ayuntamientos, y con la Generalitat incluso. Con esa premisa vamos a trabajar con intensidad durante los próximos diez días para intentar encontrar acuerdos con todos los grupos y, desde luego, el consenso va a ser una obsesión, porque creo que cuanto mayor caudal de votos tiene un presupuesto mejor representa a la provincia.

--¿Tiene previsto aceptar peticiones de la oposición como la reducción significativa de los convenios singulares con los municipios o la creación de mecanismos que permitan su aprobación por consenso?

--Este presupuesto de 2018 es el primero de la historia de la Diputación que no tiene ni un solo convenio singular con un ayuntamiento. Para ser exactos arrastra dos o tres convenios que eran plurianuales, pero no tienen ni uno solo nuevo. El año pasado a mitad de año aprobamos una importante modificación de crédito consensuada, pactada y votada por todos los grupos de la Diputación con una destacada aportación de dinero a los ayuntamientos, y hemos entendido que estas cuentas debían arrancar con órdenes regladas, abiertas, para que accediera todo el mundo en las mismas condiciones. Si se detecta alguna necesidad durante el año, se atenderá. Si de las peticiones de los distintos grupos durante estos años se ha recogido que había que hacer una institución más abierta a la concurrencia de todos, a no tener ningún tipo de sesgo de por qué se pone dinero para un pueblo y no para otro, este presupuesto lo responde a la perfección a esa idea.

--¿En qué punto están sus relaciones con el Ejecutivo autonómico? ¿Han quedado atrás conflictos como los de los decretos de turismo y deportes?

--La relación del gobierno provincial con el gobierno autonómico yo creo que está siendo de una lealtad absoluta. Podemos defender posturas políticas distintas pero, al final, los intereses que debemos defender son los de los castellonenses. Cuando una cosa ha sido buena para los castellonenses hemos estado al lado del gobierno de la Generalitat siempre que nos lo han pedido. Desde la discrepancia la relación ha sido y va a ser de lealtad absoluta.

--Ahora está en tramitación un proyecto de ley en Les Corts que se interpreta como un ataque a las competencias de las diputaciones. ¿Cual es su opinión?

--Hemos asistido desde el inicio de la legislatura a un relato en el que la literatura del gobierno de la Generalitat apuntaba permanentemente a la criminalización de las diputaciones, pero la economía de gobierno de la Generalitat pedía constantemente la financiación a las diputaciones de cada uno de sus proyectos por tanto hay una flagrante contradicción entre la literatura y la economía. Creo que solo desde el desconocimiento absoluto de la realidad de un territorio uno puede plantearse mecanismos de supresión de una entidad que es, a fecha de hoy, la que más cerca está de los problemas de los ayuntamientos y del territorio. Si la solución de acabar con las diputaciones pasa por crear nueve gobiernos comarcales, en lugar de abaratar costes, los incrementaremos y reduciremos las economías de escala que permiten hoy ser mucho más eficientes.

-¿Como ve la situación creada por la crisis soberanista en Cataluña? La Diputación de Castellón estrecha lazos con una reunión esta semana con el presidente de la Diputación de Tarragona, de CiU, ¿cómo ve esto su partido?

--Hemos tenido desde siempre una relación extraordinaria con la Diputación de Tarragona, es cierto que es de CiU, y con la de Teruel, en manos del PAR, y con la de Valencia, en manos de socialistas y de Compromís. Son las tres provincias limítrofes con la nuestra con las que coincidimos en innumerables proyectos, por lo que tenemos que trabajar para llegar a ententes. Con Tarragona, somos tierras hermanas y tenemos la vocación de seguir colaborando. La deriva absolutamente irracional que ha tomado el gobierno de la Generalitat catalana, debe ser un episodio pasajero sobre el que pasemos página lo más pronto posible y volvamos a una realidad que es la de pertenecer todos a un proyecto común que es España del que nos sentimos todos muy orgullosos.

--¿Cómo valora la decisión de su partido de no acudir a la manifestación del día 18 por una financiación justa?

--Yo creo que hay una serie de elementos que justifican la decisión del PP. Todos coincidimos que esta comunidad necesita un mejor modelo de financiación que aprobó el PSOE. Todos vemos la utilización política flagrante que de este elemento está haciendo el gobierno del Botànic. Por tanto, entiendo que el PP, por una cuestión de coherencia, decida no participar de montajes políticos.

--El nuevo modelo debe de estar avanzado si se va a plantear antes de que acabe el año ¿es así?

--Claro, sí hay una clara vocación del gobierno de intentar mejorar ese modelo. En eso el PP ha estado siempre del lado del gobierno de la Generalitat en el sentido de pedir y exigir una mejora en la financiación autonómica. Estamos en el momento de sentarse en los despachos y llegar a acuerdos.

--¿Cómo nos beneficiará ese modelo a los valencianos?

--Los valencianos no queremos ser más que nadie, simplemente queremos lo que nos toca y, si se nos da lo que nos toca, hemos demostrado históricamente capacidad de multiplicarlo más que otros territorios. La provincia de Castellón es un claro ejemplo, pero también entiendo que ni la financiación puede ser el único eje discursivo de un gobierno. Dentro de la Comunitat hay que ser capaz de elaborar un reparto equitativo de las inversiones y creo que el gobierno de la Generalitat tiene que entender que, al igual que la Comunitat se siente infrafinanciada respecto de Madrid, también Castellón se siente infrafinanciada respecto del resto de la Comunitat Valenciana. Si es momento de hablar de financiación, es momento de hacerlo en todos los ámbitos y conseguir que se vertebre un territorio en base a que cada uno reciba lo que le realmente le corresponde.

-- En ese sentido ¿qué opinión le merece el proyecto de ley de Presupuestos del Consell?

--Creo que tiene un sesgo de falta de inversión para Castellón y podemos poner ejemplos claros, como que Alicante cuenta con la Volvo Ocean Race, que vale 20 millones de euros; Valencia tiene el gran Premio de Motociclismo, con una inversión brutal de la Generalitat; y en eventos deportivos en Castellón, ni está ni se la espera. En cualquier ámbito de actuación que nos fijemos vemos un claro desequilibrio en contra de los intereses de Castellón. El Consell debería entender que no solo hay que pedir a Madrid, sino conseguir que los recursos que tenemos se distribuyan mejor.

--Volviendo a su posición al frente de la Diputación. Tras su anuncio de que abandonará la actividad política, ¿agotará la legislatura? ¿o los del 2018 serán sus últimos presupuestos?

--En este momento, evidentemente, mi objetivo político es cumplir el anuncio que hice, que es el de dejar la presidencia del partido cuando correspondió, y dejar la presidencia de la Diputación en el momento que corresponda, en el final de la legislatura.

--¿Como ve la labor de Miguel Barrachina, su sucesor al frente del partido en la provincia, en la renovación de juntas locales cara a las elecciones del 2019?

--El equipo de Miguel Barrachina está trabajando extraordinariamente bien al frente del partido, y está haciendo las cosas con el mejor criterio para preparar la materia orgánica, la organización del partido, para poder afrontar con esperanza las elecciones del 2019.

--Se ha percibido más continuidad que renovación. ¿Es la combinación que usted hubiera hecho en el partido?

---Si algo he aprendido en las transiciones, es que hay saber irse y dejar libertad a quien se queda, y apoyarle en todas las decisiones que toma. Esa es la actitud que tomo y tomaré. Por tanto, me parece fantástico el trabajo que está realizando el equipo de Miguel Barrachina.