Aznar sabe que su tiempo acaba y no quiere ser recordado por crisis o promesas imposibles (acabar con el terrorismo o el paro, Gibraltar...). Eso y los objetivos electorales --desmarcar al PSOE-- le llevan a actuar en seguridad y política social, aunque por ahora se trate de sucedáneos: no puede terminar con ETA, pero endurece las penas; no hay proyectos globales de inmigración o seguridad, pero se reforma el Código Penal. Ya se verá si en ´lo social´ se va al fondo o se sigue parcheando.