Los arrestos de fin de semana tienen los días contados. La reforma del Código Penal que el Consejo de Ministros aprobará el viernes suprime esta sanción, instituida en 1995 por el Gobierno del PSOE como alternativa al ingreso en prisión. Fuentes del Ministerio de Justicia justificaron ayer la supresión de los arrestos de fin de semana, diciendo que la mayoría de los condenados ni siquiera los cumplen.

Con el Código Penal vigente, hechos delictivos menores como los pequeños hurtos --cuyo importe no supera los 300 euros (50.000 pesetas)--, la sustracción de ciclomotores o vehículos de escaso valor, y las perturbaciones leves del orden público, entre otros, se castigan con arrestos de fin de semana. El juez, además, tiene la potestad de sustituir las penas de prisión de corta duración por este tipo de detenciones, que pueden cumplirse en un centro penitenciario o en el calabozo municipal.

FALTA DE MEDIOS

Pero, según el departamento que encabeza José María Michavila, muchos penados burlan estas condenas por falta de centros o porque los ayuntamientos carecen de medios para velar por su cumplimiento. Por eso, el plan del Gobierno central contra la inseguridad ciudadana, que engloba las reformas legales en curso, prevé que "para determinados delitos" el arresto de fin de semana se reemplace por "penas de privación de libertad de corta duración, de tres a seis meses". La reforma también establece que la segunda condena por estos hechos acarree "la ejecución efectiva de las anteriores".

Así, tan sólo bastarán dos condenas por hurtos menores para ingresar en prisión, mientras que hasta ahora cada una de ellas sólo conllevan entre dos y seis fines de semana de arresto. Si la policía ha cursado denuncia sin llegar a juicio, cuando el pequeño delincuente cometa la cuarta falta se le juzgará por todas ellas. Esta "habitualidad", según el término acuñado por el Ministerio de Justicia, se castigará como delito: desde seis meses de prisión hasta tres años, si concurre el agravante de la reincidencia. El mismo criterio se aplicará a quienes reiteradamente sustraigan vehículos o inflijan lesiones leves a otras personas.

"La esencia de la reforma es incorporar la habitualidad y el criterio de reincidencia", remachó ayer José María Michavila, para quien "no tiene sentido" dejar impune y en libertad a quien se apropia de miles de euros en centenares de pequeños hurtos y, por contra, encarcelar a la persona que en un solo robo sustrae una cantidad menor.

DOS VARAS DE MEDIR

Más compleja será la expulsión de los inmigrantes sin papeles condenados a más de seis años de prisión. Fuentes de Justicia reconocieron que el juez sólo podrá expulsar a los que procedan de los países que han firmado convenios de readmisión: Marruecos, Argelia, Nigeria y Guinea-Bissau, entre otros. Los restantes cumplirán pena en España.