Gobierno y PSOE intentaron ayer enfriar, aunque con declaraciones contradictorias, la polémica abierta por las afirmaciones del presidente del Tribunal Constitucional (TC), Manuel Jiménez de Parga, que merecieron el calificativo de "desafortunadas". El responsable del alto tribunal cuestionó el martes el carácter histórico de las comunidades de Cataluña, Euskadi y Galicia.

Con más o menos énfasis, populares y socialistas evitaron reprender a quien dirime los conflictos entre el Estado y las autonomías. PP y PSOE destacaron que la Constitución reconoce los hechos diferenciales y sus secretarios generales, Javier Arenas y José Luis Rodríguez Zapatero, hablaron de zanjar el debate.

En CiU se esperaba una rectificación de Jiménez de Parga, que no llegó, para reconsiderar su negativa a asistir a los actos del 25° aniversario de la Carta Magna.

LENGUAJE INAPROPIADO

Las expresiones más duras fueron las del ministro Josep Piqué, para quien Jiménez de Parga se expresó "con un lenguaje que no es el apropiado". "Creo que el presidente del Constitucional se ha equivocado al expresarse de esta forma", afirmó en la emisora Catalunya R dio. Piqué destacó que la Constitución reconoce las señas de identidad de Cataluña como la lengua, la cultura, el derecho civil y el ejercicio de amplias competencias.

Javier Arenas evitó la censura directa al presidente del TC y criticó las "reacciones desorbitadas" realizadas desde el "victimismo". Según el número dos del PP, Jiménez de Parga ejerce su cargo "con mucha corrección" pese a las críticas nacionalistas por sus sentencias. "El PNV todos los días, y CiU, con menos frecuencia", apostilló Arenas.

José Luis Rodríguez Zapatero marcó una línea templada --"la Constitución dice lo que dice"-- y dijo que quien tiene la tarea de interpretar la Carta Magna debe hablar a través de autos y sentencias. El presidente andaluz, Manuel Chaves, también pidió "prudencia" a Jiménez de Parga.

En cambio, el presidente extremeño, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, se puso del lado del presidente del TC, por cuyas afirmaciones "nadie se debe molestar". En su opinión, Jiménez de Parga, "debería entender que hay gente que necesita muchos apellidos para poder reconocerse y otros que no necesitamos ninguno".