Antes de la guerra, Irak negaba disponer de unas armas de destrucción masiva que las tropas de EEUU aún no han localizado. Corea del Norte sí admite haber desarrollado armas nucleares, pero aun así José María Aznar --como Washington-- juzga innecesario desatar otra guerra para desarmar al régimen de Pyongyang.

Aznar recibió al primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, que también apoyó la estrategia belicista de EEUU en Irak. Ambos abogaron por una "solución pacífica y diplomática" para resolver la crisis de Corea del Norte, objeto de unas conversaciones en las que participa Japón.

Aznar y Koizumi rehusaron aclarar por qué motivo justificaron la guerra de Irak y la excluyen frente a Corea. "Los procesos de legalidad internacional no son los mismos, y los tratamientos tampoco tienen por qué ser exactamente los mismos", alegó Aznar, quien crípticamente admitió que "las voluntades pueden ser diferentes ahora". E urgió a Israel a dar libertad de movimientos a Arafat.